Si eres un viajero asiduo de aviones comerciales, pasada la sorpresa de volar a 10 kilómetros de altura en un pequeño espacio presurizado y, después de admirar el porte de la tripulación, del primer cóctel y de tratar de adivinar la vida de los pasajeros vecinos, habrás comenzado a hacerte preguntas sobre el aparato al que has entregado tu seguridad y confianza para que te traslade de un lugar a otro, y es probable que tu curiosidad te haya llevado a preguntarte el porqué de las ventanas redondas de los aviones, ¿por qué no son cuadradas, como en los automóviles o en las viviendas?
Las ventanas redondas de los aviones salvan miles de vidas
Y la verdad es que hoy en día todavía hay muchos aviones comerciales con ventanas cuadradas o rectangulares, pero si prestas atención verás que se trata de aviones que vuelan por debajo de los 5.000 metros de altura, monomotores y bimotores de hélice, como las avionetas Cessna, todavía en funcionamiento y ampliamente distribuidas por el mundo.
Por el contrario, cualquier avión que funcione con turbina, o turbohélices, con certeza casi absoluta poseerá ventanas ovaladas o redondas. ¿Por qué? Porque los jets, como usualmente se llama a los aviones con turbinas, pueden remontarse a grandes alturas, donde el oxígeno es escaso y la atmósfera muy ligera y enrarecida para los humanos, por lo que las cabinas deben ir presurizadas.
Sin embargo, los primeros aviones comerciales que volaban a gran altitud y con cabinas presurizadas tenían ventanas cuadradas, como fue el caso del Havilland Comet, diseñado durante la década de los 40 del siglo pasado, primer avión comercial con turborreactores y con cabina presurizada y con capacidad para unos 40 pasajeros. El Comet comenzó a presentar incidentes y problemas que se adjudicaban a la falta de pericia de las tripulaciones, hasta que en 1954 hubo dos accidentes, el primero con 35 muertos y el segundo con 14, en los que pudo determinarse que la causa fue una violenta despresurización de la cabina.
Los vuelos con este avión fueron suspendidos y se inició una investigación cuya conclusión fue que el problema estaba en las ventanas, por su forma. La explicación vendría a ser la siguiente: la relación entre la presión interna del avión y la presión externa hacen que el fuselaje, las paredes de la cabina, se vean sometidas a una especie de estrés, de dinámica de fuerzas que se distribuyen por toda la cabina y que chocan con las esquinas de las ventanas cuadradas. Por esta razón las fisuras en el fuselaje, en los experimentos realizados simulando los cambios de presión en los vuelos, se dieron cerca de las ventanillas. La recomendación para el diseño de nuevos aviones fue hacer las ventanillas ovaladas y redondas.
Actualmente las ventanas redondas de los aviones están conformadas por tres paneles, para evitar al máximo una despresurización, con un pequeño hoyo para nivelar la presión entre paneles. Y los accidentes en los que ha fallado la estructura se deben más a fatiga de materiales (hay jets que tienen más de tres décadas en servicio) que al diseño de las aeronaves.
Igual sigue siendo uno de los medios de transporte más seguros para viajar, ¿no te parece? Te recomendamos la lectura del artículo ¿Qué zona del avión es más segura?