Según el diario español El País, una de las preguntas más frecuentes hechas en Google en 2015 fue qué pasaría en la Tierra si no existiese la Luna, que viene a ser un modo alterno de preguntar qué efectos ejerce este satélite sobre nuestro planeta. Antes hay que recordar que la Luna ha estado con nosotros casi desde el principio, surgió apenas 100 millones de años después de la formación del planeta, gracias al choque de éste con otro objeto celeste llamado Theia, que provocó el desprendimiento de un pedazo de la Tierra que ahora nos orbita provocando a su paso numerosos poemas, canciones y leyendas.
¿Y si desapareciera ahora mismo la Luna?
Si la Luna desapareciese de golpe, uno de los primeros efectos en notarse sería la mayor oscuridad de las noches, como las noches de luna nueva, y tendríamos una presencia más notable de las estrellas y de otros fenómenos celestes (planetas, estrellas fugaces, cometas, etc.). Pero al no estar la Luna las noches serían mucho más cortas, pues cesaría el efecto de freno gravitacional ejercido por ésta sobre la Tierra.
Antes del nacimiento de Selene, el día en el planeta duraba unas seis horas, es decir, que la Tierra giraba sobre sí misma cuatro veces más rápido que en la actualidad. Dada la distancia actual de nuestro satélite natural, algunos estudiosos ociosos estiman que el día sería de ocho horas. A esa velocidad tendríamos fenómenos climáticos desproporcionados, como vientos de 300 kilómetros por hora.
Otro efecto inmediato sería el cese de las mareas con una serie de secuelas que afectarían la vida del planeta, empezando por las plantas y animales que viven en la zona de contacto entre los mares y las superficies continentales e insulares. Cambiarían también las corrientes marinas, que cumplen funciones claves en la dinámica climática y ambiental del planeta (intercambio de gases y agua, movimiento de nutrientes, regulación de la temperatura global, de las lluvias y sequías, etc.).
Mucho más grave, y definitivamente apocalíptico, sería el fin de su papel como contrapeso del planeta, lo que haría que la Tierra diese fuertes oscilaciones, que podrían hacer que el planeta llegase a alinear su eje en dirección al sol, haciendo que el día fuese eterno en un lado del planeta, con temperaturas superiores a los 100º centígrados, y el otro quedase sumido en una oscuridad eterna y glacial. En estas condiciones, la vida en el planeta tendría sus días contados, y ya mencionamos que serían días sumamente cortos.
Volviendo a nuestra apacible y afortunadamente lunática realidad, aunque la Luna del planeta se aleja un poco cada año (3,82 centímetros), aparentemente nunca nos abandonará a nuestra suerte, y continuará iluminando nuestras noches y velando nuestros sueños. Y estará allí para marcar la entrada de los hombres lobo, las brujas, todos nuestros fantasmas y nuestras fantasías.
Te invitamos a leer si en verdad la Luna nos afecta.