Seguro que en más de una ocasión has escuchado eso de “ser un espíritu libre”. En realidad, resulta curioso cómo tras expresiones comunes o frases hechas se encierra por lo general un tipo de personalidad con unos rasgos muy concretos.
Queda claro también, que a lo largo del ciclo vital de una persona, podemos pasar diversas épocas en que tenemos unos intereses y no otros. En ocasiones, se trata de simple maduración personal, o aún más, puede incluso que tras haber experimentado ciertas vivencias, optemos por romper ataduras, vínculos y alejarnos de ciertas personas, cosas y escenarios para “ser más libres”, más auténticos. Para acercarnos a nuestro auténtico yo.
Por ello, cada uno de nosotros podremos llegar a concebir la expresión «ser un espíritu libre» de diversa forma: o bien porque es cómo nos sentimos de verdad, o bien porque las circunstancias nos han hecho actuar y ver la vida de otro modo.
Sea como sea, aquí de dejamos unas características básicas de cómo sería alguien con un espíritu libre. No dudes en comentarnos si te sientes identificado y si también, tú ves el día a día de este modo.
Una búsqueda continua
Una búsqueda… ¿de qué? La búsqueda personal en ocasiones no tiene un fin, sino un modo de experimentar el día a día donde siempre queremos más, donde cada amanecer supone un reto y una incógnita.
Hay quien se sentirá bien con su trabajo, con sus estudios, feliz con su familia, de tal modo que sus círculos personales se cierran con una grata satisfacción. No desean nada más.
Ahora bien, otras personas, en cambio sienten una inquietud en su mente y su corazón donde es complicado llegar a desear que «ese círculo vital» encuentre su equilibrio con un trabajo, una familia y un proyecto cumplido. De ahí que siempre tengan un vacío, que sientan aquello de «yo quiero más, yo necesito más...» ¿Y si ahora mismo cogiera un tren rumbo a cualquier lado, qué me traería la vida entonces?
Aprender de la gente pero «sin depender de la gente» para ser feliz
El espíritu libre depende de sí mismo. Ama la gente, ama socializarse, pero necesita mantener distancias y no implicarse demasiado, porque ello, ocasionaría tal vez el echar raíces demasiado profundas, y él o ella prefiere el movimiento.
Son personas sociables, abiertas y afectuosas que por lo general, conectan bien con la gente. Ahora bien, el resto de personas suele decir de los espíritus libres “que no los entienden”.
¿Por qué dejas esto ahora para hacer lo otro, por qué no te implicas un poco más?
El espíritu libre sí sabe lo que quiere
Algo común que suele decirse de las personas que no desean ataduras, que buscan el experimentar, el aprender, el descubrir lo que la vida les trae día a día, es que en realidad son inmaduras y no saben lo que quieren.
- Es un error. Por lo general, son personas que sí tienen claras sus expectativas, lo que quieren y lo que no quieren de la vida.
- Son personas que disfrutan y saben vivir el “aquí y ahora”. El pasado no existe, no se puede editar, y el futuro aún no ha ocurrido. Así que… ¿Cómo no admitir que lo más importante es lo que está ocurriendo en este mismo instante?
- En ocasiones, las personas que no saben lo que quieren son precisamente las que acaban siendo dependientes, de ahí que los espíritus libres sean representantes de esa filosofía que sabe romper moldes, que evita vínculos tóxicos que huye de quienes vetan el crecimiento personal.
En conclusión, tal y como te hemos señalado al inicio, todos nosotros en algún momento de nuestra vida podemos actuar de este modo. Son por lo general, instantes vitales de plenitud en los que nos liberamos de algo, tal vez de una relación afectiva o familiar, de un trabajo… Las circunstancias de la vida nos enseñan de pronto que es mejor viajar ligero, al menos durante un tiempo, hasta que de pronto, optemos más por echar raíces, por la estabilidad.
¿Te es conocido este modo de sentir y ver la vida? No dudes en dejarnos tu opinión, y en descubrir también las características de las personas introvertidas.