Aunque la historia de la ciencia se remonte a los orígenes mismos de la civilización humana, 6.000 años atrás, realmente podemos hablar de una era dominada por la ciencia, o de una civilización científico-técnica, desde el siglo XVIII, es decir, desde hace menos de 300 años; sin embargo, este lapso ha sido suficiente para generar un desarrollo extraordinario y para abrir campos de conocimiento en los que a veces el hombre hizo de Dios, como en los 5 que comentamos a continuación.
5 proyectos científicos en que el hombre hizo de Dios
1. Creación de polvo interestelar
En 2014 la NASA intentó crear polvo interestelar simulando las condiciones que se producen en la proximidad de una estrella roja cuando está muriendo. Para este experimento los investigadores de la NASA intentaron reproducir, en una cámara especial, un espacio de vacío absoluto y temperaturas extremas en el que pudiera surgir un polvo idéntico al estelar.
En este experimento el hombre hizo de Dios porque pretendía recrear los orígenes de la materia –cómo algo sale de la nada– y por ende, de los planetas y estrellas. Como resultado, se pudieron crear algunos granos observables a través de microscopios electrónicos, pero aún falta mucho por saber y entender.
2. También hizo de Dios al cambiar el clima
Cada vez hay mayor certeza de que el gradual aumento de la temperatura en la Tierra y los eventos catastróficos que la acompañan, son responsabilidad directa de una actividad humana que hasta hace pocas décadas era inconsciente, aunque ya no es posible justificarse tras la ignorancia, o el argumento de que se trata de un proceso natural.
Una de las propuestas más peligrosas para revertir esta situación recibe el nombre de geoingeniería, y consistiría en manipular procesos ambientales para eliminar el dióxido de carbono y la radiación solar. Por suerte, todavía son tecnológicamente irrealizables.
3. Manipulación genética de insectos
La búsqueda de una manera eficaz para combatir la malaria o paludismo, una enfermedad que afecta a cientos de millones de seres humanos en gran parte del planeta, llevó a investigadores de la universidad de Irvine, California, a manipular genéticamente un mosquito transmisor de esta enfermedad para hacerlo rechazar la bacteria.
Este rasgo podría trasmitirse al reproducirse, y de hacerse en grandes cantidades, eventualmente podría acabar con la enfermedad. De tener éxito, esta técnica podría usarse con otros insectos que portan enfermedades para plantas, animales domésticos y humanos. Pero esta intervención a nivel genético podría traer consecuencias inesperadas, como la de crear una enfermedad más peligrosa, trasmitida por un portador más fuerte.
4. Producción de seres “alienígenas”
Otra investigación en la que el hombre hizo de Dios, pero tal vez de un dios irresponsable, fue en la creación de un ser vivo con un ADN distinto al de la vida en la Tierra. El ácido desoxirribonucleico, mejor conocido como ADN, está compuesto por dos cadenas, o dos bases de pares, en todas las formas de vida conocidas en la Tierra, pero recientemente un grupo de científicos tomó una bacteria de e. coli y le agregaron una tercera base desarrollada sintéticamente, sin que la bacteria la rechazase.
Al hacer esta operación crearon una especie “alienígena”, y la aterradora posibilidad de desarrollar una poderosa arma biológica.
5. Crear vida artificial
Otra ocasión en la que el hombre hizo de Dios fue en una investigación desarrollada durante 15 años por el doctor Craig Venter, publicada en la revista Science en 2010, y en la que describía cómo él y su equipo desarrollaron vida sintética a partir de sustancias químicas.
Los científicos copiaron el código genético de una pequeña bacteria, mycoplasma genitalium, y lo replicaron, modificándolo, en una célula a la que previamente se “vació” de ADN, creando un organismo completamente nuevo y capaz de reproducirse. Esta técnica podría servir para crear bacterias que se alimenten de productos contaminantes, o para desarrollar vacunas; pero también podría servir para desarrollar nuevas armas biológicas.
Ciertamente, los temores en torno al increíble poder que el conocimiento científico ha dado a los humanos continúan siendo los mismos que los expresados por Mary Shelley cuando escribió Frankenstein (1818), pues cada vez que el hombre hizo de Dios, también hizo de demonio.
¿Qué crees tú? Mientras tanto, revisa nuestro artículo sobre otros experimentos científicos con consecuencias terribles.