Es común que se entienda a la disfunción eréctil (DE) como la incapacidad de tener erecciones, lo cual es verdadero; solo que a esta definición hay que agregarle que a la DE también se la identifica como tal cuando el hombre -inconscientemente- no puede mantener el pene erecto por suficiente tiempo.
En algunos casos se experimenta como efecto secundario a tratamientos o podría ser parte del cuadro sintomático de enfermedades más serias. ¿Quieres saber más datos sobre la disfunción eréctil? Te invitamos a que continúes leyendo.
7 datos sobre la disfunción eréctil que conocer
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La disfunción eréctil puede manifestarse a cualquier edad
Se ha arraigado ese concepto de que la disfunción eréctil es un problema exclusivo de los hombres de edad avanzada. Es irrefutable que las posibilidades se incrementan con los años, sin embargo un estudio publicado en el American Journal of Medicine reseñó que el 85% de los hombres, en edades comprendidas entre los 20 y 39 años, confesaron que no podían mantener o tener una erección en la mayoría de sus encuentros íntimos. Por otro lado, un 20% de los hombres entre 40 y 59 años afirmaron tener erecciones sin problema, mientras que el 2% de ellos aseguró no tenerlas nunca.
2. Tener sexo frecuentemente ayuda a prevenir la disfunción eréctil
¿Qué tan activo eres sexualmente? Tener sexo al menos una vez por semana ayuda a prevenir la disfunción eréctil, de acuerdo a un informe plasmado en el American Journal of Medicine. Este mismo estudio plantea que quienes tienen poca actividad sexual, de una a más semanas sin sexo, duplican el riesgo de padecer la afección.
3. La salud dental tiene incidencias en la disfunción eréctil
Según un estudio difundido en el Journal of Sexual Medicine, la salud bucal y la impotencia sexual masculina guardan un vínculo insospechadamente estrecho. La investigación arrojó que hombres en la treintena y con enfermedades crónicas en las encías, tienen 3 veces más probabilidades de sufrir disfunción eréctil. Pues sugieren que las enfermedades periodontales están asociadas a problemas vasculares, uno de los detonantes más frecuentes de la disfunción eréctil.
4. Hay problemas graves de salud que se asocian con la disfunción eréctil
Las erecciones se producen cuando la sangre fluye por el pene y ejerce presión en los cuerpos cavernosos. Por lo mismo, cuando hay señales de disfunción eréctil, la primera sospecha clínica que existe es que esto pudiera deberse a una enfermedad cardiovascular. La impotencia sexual, en realidad, suele ser un síntoma temprano de afecciones en el corazón. Además, seguro ya has escuchado que la diabetes y la obesidad también tienen implicaciones en el funcionamiento anormal del aparato sexual masculino.
5. La dependencia al cigarrillo y la disfunción eréctil
Este es uno de los datos sobre la disfunción eréctil más conocidos, sin embargo, nunca es desperdicio recordar los efectos de la adicción a la nicotina en la salud y la vida sexual masculina. De acuerdo con un estudio publicado en BJU International, que después de dos años de renunciar al cigarrillo, el 25% de los exfumadores aseguraron haber mejorado sus erecciones. Los cigarrillos dañan los vasos sanguíneos, lo que obstaculiza el flujo de sangre al pene que propicia la erección.
6. La Viagra no es el único tratamiento
Hay tantos otros métodos para tratar la impotencia sexual, con menos fama que la Viagra. Uno de los tratamientos alternativos son los dispositivos de constricción por vacío (DCV), conocidos también como “bombas de pene”. Su efectividad se alza hasta el 90% y pueden inducir una erección durante al menos 30 minutos. Este aparato de forma cilíndrica hace succión en el falo para conducir la sangre a este órgano sin ser un invasivo.
7. Ginseng rojo y Rhodiola Rosea, las “viagras” naturales
En 2008, especialistas realizaron un interesante estudio sobre el la efectividad del ginseng rojo sobre la disfunción eréctil. Resultó que consumir de 600 a 1000 miligramos, tres veces al día, mejoró la condición de los hombres sujetos a la investigación. La Rhodiola rosea, en dosis de 150 a 200 miligramos al día, durante tres meses, también mejoró notablemente la vida sexual de los 35 pacientes bajo observación.
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