A lo largo de la historia de la humanidad la práctica culinaria ha sido muy diversa y variada. A épocas distintas les corresponden sabores que nada tienen que ver con los anteriores o los posteriores. Actualmente, con la globalización, tenemos acceso a miles de productos de otros lugares de la tierra en pocas horas. Tal como nos sorprenden los alimentos de culturas lejanas, alucinarás con estos 3 platos del renacimiento.

3 platos del renacimiento que te alucinarán

Italia fue la cuna del renacimiento en el arte y también en la cocina. Ésta fue considerada en muchos casos como un arte más y sumó al gusto una faceta estética que antes no tenía. Por ello, algunos de los platos de esta época resultan realmente sorprendentes.

Delfines y marsopas

En Europa durante el renacimiento se comían delfines y marsopas. No era una comida habitual, sino que salían a la mesa en las grandes ocasiones. Debido a que la abstinencia por motivos religiosos era muy común, el delfín era considerado un auténtico manjar.

3 platos del renacimiento que te alucinarán

Se servían enteros en la mesa. Al parecer el sabor del delfín cocido es muy parecido al hígado. Actualmente, en la mayoría de paises, está prohibido comerlo por su alto contenido en mercurio.

Basilisco

Los basiliscos son seres mitológicos y no existen, eso ya lo sabemos, pero en el renacimiento los anfitriones se esforzaban por sorprender a sus invitados inventando espectaculares creaciones culinarias. Una de las más populares fue el basilisco que era en realidad un Trompe l’oeil o trampantojo. Consistía en unir una parte de un cerdo con otra de un ave creando así un nuevo animal, que por inexistente a ellos se les antojaba mitológico.

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Al parecer Enrique VIII fue muy aficionado a consumir este tipo de manjares en sus banquetes.

Pavo real asado

La afición por crear en la mesa y sorprender, los llevaba a servir como manjar pavo real. Éste se desplumaba y se asaba, pero era llevado a la mesa vuelto a montar con todas sus plumas y cabeza, para dar la sensación de que seguía vivo. Incluso se le ponía una bengala en la boca para que pareciera que escupía fuego. Alucinante.

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Demás de introducir el arte en la cocina, es durante el renacimiento que empiezan a observarse ciertas reglas en la mesa. Lo que hoy nos parecen elementales normas de educación, se iniciaron durante el renacimiento: esperar a que el anfitrión empiece a comer, llevarse a la boca pequeños bocados y sin prisa, lavarse las manos, comer con la cabeza alzada y no hundida en el plato, etc. Además fueron ellos, los cocineros y cocineras del renacimiento, los que, poco a poco, fueron introduciendo en sus cocinas todos los nuevos alimentos que les llegaban de las zonas del planeta recién descubiertas.

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