“La vida es una obra teatral que no importa cuánto haya durado, sino lo que bien que haya sido representada”. Acertaba Lucio Anneo Séneca, a quien se atribuye la frase, al reflexionar sobre la importancia de vivir, no sobre cuánto se viva. La comentaba Juan Luis Urcola Telleria en su libro Acertar a vivir: “No se trata de añadir años a la vida, sino de poner vida a los años. Una vida tiene pleno sentido cuando todavía se siente que a uno que le quedan cosas por hacer, cuando todavía uno es capaz de ilusionarse con ellas”.

No hay que tener prisa por vivir intensamente y acumular experiencias positivas, como si viviéramos en una ilustración de Mr. Wonderful. Pero sí por cambiar los hábitos y las actitudes para ser felices, que no es otra cosa que aprender a valorar los detalles del día a día, lo bonito y lo simple de poder despertarse por la mañana, sentir que hay cosas que hacer y poder compartirlas con alguien.

El año acaba de empezar, y con la energía renovadora que aporta todo lo que supone un inicio, es momento de poner en práctica aquello que suponga un cambio de actitud.

Aprender a vivir con menos

Aprender a vivir con menos

Lo que propone Pau Ninja desde su blog es aprender a vivir con menos, porque es una manera sana, dice, de alinear la mente. Asegura que contar solo con lo básico le ha ayudado a sentirse mucho mejor desde varios puntos de vista y, aunque cree que el consumismo no tiene por qué ser malo si no es compulsivo, en su día quiso retirar los “por si acaso” de su vida, y vivir con poco.

Vivir con menos, en su caso, es contar con los dispositivos electrónicos necesarios para poder trabajar y entretenerse (portátil, móvil y un libro electrónico), sietes camisetas, dos pantalones, dos jerséis, dos chaquetas, una mochila y maleta, enseres para el baño, algún artículo deportivo, cables y ropa interior. Y estas pocas cosas le producen una increíble sensación de libertad.

Pero, ¿por qué hacer renuncias? Sus razones pueden resultar convincentes: por gastar menos, por vivir sin estrés, por ser ecológicamente más responsable, por ahorrar tiempo, por mejorar la calidad de vida, por mejorar el estilo, por liberarse de comparaciones, por poder dejar atrás el pasado, por aprender a centrarse en lo que realmente importa o, simplemente, por ser más feliz.

Al acumular bienes materiales, nos hacemos dependientes de ellos. Sentimos que ya no es posible vivir sin ciertas cosas, y nos causa frustración no poderlas tener en un momento dado. De ahí que la sensación de libertad aumente al poder dejar atrás ciertas necesidades autoimpuestas.

Para vivir con poco hace falta deshacerse de cosas innecesarias y no comprarlas de nuevo, tener una lista de las cosas que se poseen para tener consciencia de qué es y pasarse a un pensamiento minimalista. Trucos que ayudan, según Pau Ninja, son tener un diario de gastos, usar efectivo para pagar y así controlar más, elaborar una lista de la compra y hacerse con souvenirs de utilidad siempre que haya que hacerlo.

Modo belleza: ON

Modo belleza, ON

La salud y el buen aspecto físico son conceptos estrechamente relacionados entre sí. La imagen personal dice mucho de cuánto de bueno o malo es nuestro funcionamiento interno, luego, en su estado más básico y natural, la belleza puede entenderse como un reflejo de la buena salud. Y, por lo tanto, cuidar la salud hace que nos veamos bien.

Todo, claro, debe verse con la suficiente transversalidad, porque son varios los factores indicados, y no solo el físico, también el mental y el emocional. De hecho, hay investigaciones que demuestran que la mayoría de las personas se sienten más seguras cuando su piel está saludable.

Considerando todo lo anterior, y aunque la prioridad deba ser llevar unos hábitos de vida saludables que eviten que la salud (y la belleza, por extensión) se deterioren, las sesiones “beauty” a las que nos sometemos de vez en cuando cumplen también una función complementaria: la de ganar en autoestima, la de motivar e inspirar para cambiar esos hábitos, aunque sea por motivos estéticos.

Las uñas cristal, es decir, las uñas decoradas con cristal, es una de las muchas tendencias de belleza de la actualidad. Si a alguien le resulta relajante, reconfortante o le ayuda a sentirse bien saber cómo hacer uñas de cristal paso a paso, ¿por qué no?

Eso sí, se trata de algo complementario, que no debe causar obsesión ni hacer que se caiga en la superficialidad. Las prioridades no se deben perder de vista.

A celebrarlo todo

A celebrarlo todo

Cuando se comparten, las alegrías son más alegrías, y las penas son menos penas. De ello se extrae lo importante que es celebrar con otros los objetivos que alcancemos, los días marcados en el calendario o las buenas noticias.

Celebrar sirve para seguir ilusionándose, para motivarse, para poner fin a una etapa y empezar otra. Sirve para compartir tiempo con los seres queridos, coleccionar momentos sencillos pero felices, dar importancia a los detalles, valorar aquello inmaterial que no se puede poseer, y restar importancia a los bienes materiales que, volviendo a Pau Ninja, no son imprescindibles.

Mientras un grupo de amigas piensa ideas para despedidas de soltera en Madrid, comparten la ilusión por sorprender, por agradar, por pasar un rato juntas, por darle al hecho la importancia que tiene. Con todo su cariño, prepararán una despedida de soltera en Madrid que, aun siendo un plan recurrente para otras, será única para ellas. DespedidasBig, precisamente, facilita eso de celebrar, en este caso, despedidas de soltera en Madrid.

Lo mismo sucede con las despedidas en Valencia de Soltera. Un tuppersex, un paseo en limusina, una gynkana de cañas, cenar un restaurante ambientado, una fiesta en barco o la asistencia a un show, son algunas de las ideas para despedidas de soltera en Valencia que da DespedidasBig, con bastante experiencia en la preparación en el concepto “Despedida Soltera Valencia”.

Dejar los miedos atrás

Dejar los miedos atrás

Es cierto que una actitud positiva ante la vida tampoco puede evitar que se sufran reveses. La felicidad se suele definir como la ausencia de malestar, de forma que si hay algo que nos hace sentir mal, irremediablemente no habrá felicidad. Este pensamiento, sin embargo, puede convertirse en un arma de doble filo, si se deja de hacer algo por evitar ese malestar. Porque entonces tampoco se alcanzarán las emociones positivas.

El psicólogo y coach Jordi Pons no invita a aceptar todas las emociones negativas, pero sí a valorar cuál es el coste de intentar evitarlas. Porque, muchas veces, este será mayor que el de aceptarlas sin más y, de hecho, cree que es imposible no tener ninguna emoción negativa.

Se trata, en definitiva, de vivir. Y hacerlo sin miedo.