Desde hace un par de años el rugby ha ido ganando popularidad en nuestro país. Si bien es cierto que todavía no cuenta con el mismo respaldo social que otros deportes como el tenis, el fútbol o el baloncesto, poco a poco este deporte importado desde Inglaterra (sí, su origen debemos buscarlo en las islas británicas y no en Nueva Zelanda como algunos suelen pensar) ha conseguido asentarse en España.

Y no lo decimos nosotros, lo dicen las cifras. Desde principios de siglo el número de federados se ha duplicado, pasando de los cerca de 15.000 que había en el año 2000 a los más de 33.000 registrados en 2018. También ha crecido el número de espectadores que siguen los encuentros de la selección, algo que también se ha dejado notar en la inclusión de este deporte en el mercado de las apuestas deportivas y en una mayor cobertura por parte de los medios deportivos. El número de escuelas en donde aprender las reglas de esta disciplina también se ha expandido a lo largo de todo el territorio español.

No hay duda de que, tras años en la sombra, el rugby por fin ha conseguido la visibilidad necesaria para convertirse en un deporte de masas. Hoy os contamos 5 curiosidades de esta disciplina deportiva que, no siendo insólita, ha sido minoritaria durante décadas.

5 Curiosidades del Rugby

1. Gilbert, la marca por excelencia de los balones

Si hay una cosa que llama la atención de este deporte, esa es la forma del balón con el que se practica, muy semejante a la de un melón. Esto se debe a que, en sus inicios, los primeros balones de rugby fueron confeccionados a partir de la vejiga de un cerdo inflada, la cual tenía forma elíptica. El primero en idear este sistema fue el inglés William Gilbert, que regentaba su zapatería al lado de la Rugby School, donde surgió este deporte. Él era el encargado de fabricar las pelotas para el colegio y, con el tiempo, terminaría fundando la empresa Gilbert, dedicada a la fabricación de material deportivo. A día de hoy, casi todos los equipos de rugby emplean balones fabricados por Gilbert.

2. Deporte de brutos practicado por caballeros

Seguro que habéis escuchado alguna vez esta frase. La práctica del rugby requiere del contacto físico entre los jugadores, de hecho, este es el principal motivo por el que muchos lo tachan de peligroso. No obstante, más allá de los golpes que uno se pueda dar en el terreno de juego, se trata de un deporte en el que el respeto está por encima de todo. Los jugadores de ambos equipos hacen un pasillo al adversario al final de cada encuentro para felicitarlos por su actuación y juntos se van a disfrutar del famoso “Tercer Tiempo”. Tampoco veréis jamás a un árbitro de rugby rodeado por una docena de jugadores: solo el capitán puede dirigirse a él y debe hacerlo bajo el título de “señor”.

Curiosidades del rugby 3

3. Los 10 metros que marcan la diferencia

Y hablando de árbitros… ¿sabíais que pueden penalizar hasta en 10 metros la distancia desde la que se debe tirar una falta si el jugador protesta? Pues sí, se trata de una de las más de 600 reglas que componen el reglamento del rugby y una muestra más de cómo los jugadores deben mostrar su respeto hacia el árbitro y sus decisiones.

4. Los números tienen su significado

Messi luce siempre en su camiseta el número 10, mientras que el 7 es el número de Cristiano Ronaldo. Mientras en el fútbol los números suelen estar asociados a un jugador en concreto que lo hace suyo, en el rugby los números de las camisetas hacen referencia a la posición de los propios jugadores sobre el campo. Así, del 1 al 8 se corresponden con los delanteros y del 9 al 15 para los tres cuartos. El resto de números están reservados para los suplentes: del 16 al 20 para los delanteros y de 21 al 23 para los tres cuartos.

5. Tiene versión acuática

No nos hemos vuelto locos, aunque puede que los que inventaron esta modalidad sí lo estuvieran. De reciente creación, el rugby subacuático se basa en tratar de encestar una pelota en la cesta del equipo adversario. No está permitido que esta suba a la superficie, por lo que todo el juego, pases incluidos, debe hacerse bajo el agua. Se trata de una disciplina muy complicada, que requiere de un gran entrenamiento físico y de mucha táctica y estrategia por parte de los jugadores. Os dejamos un vídeo para que os hagáis una idea de lo compleja que es su práctica.