No hace mucho te hablamos en Supercurioso de una serie de signos que nos podían demostrar que tal vez, estábamos «sobrecargados», que determinadas situaciones o personas nos intoxicaban emocionalmente.

Es decir, hay momentos en nuestra vida en que nos vemos incapaces de afrontar esas presiones exteriores que vulneran nuestro equilibrio, bienestar y autoestima, hasta el punto de estar siempre a la defensiva, o incluso llegar a pensar que todo lo que nos ocurre, es culpa nuestra.

Hoy en Supercurioso queremos darte 6 pautas para que puedas gestionar estas situaciones. No obstante, no dejes de darnos tu propia opinión. Hay quien dispone de sus propias estrategias, ésas que la vida nos ha enseñado a desplegar para sobrevivir en el día a día.

6 formas de hacer frente a la intoxicación emocional

Huir de lo que nos molesta o hace daño no es siempre la respuesta

Pongamos un ejemplo: sabes que la relación con tu familia, con tu padre o tu madre te carga de ansiedad, vulneran tu identidad e incluso tu crecimiento personal. Es algo que siempre ha sido así, y aunque hay épocas en que las cosas van mejor, hay situaciones que te desbordan.

triste

Lo mismo puede ocurrir en nuestra relación de pareja. Queremos a nuestro compañero o compañera, pero hay comportamientos que te sobrecargan. Entonces… ¿Deberíamos huir, romper para siempre estas relaciones tan complejas?

Hay días en que te gustaría «romper con todo» y esa sensación es algo comprensible. No obstante, antes de huir deberíamos comprender hasta qué punto nos están vulnerando.

  • Empezaremos por poner límites. Puede que tu cambio les coja de improviso, pero es necesario: empezaremos dejando claro qué es lo que nos molesta y qué es lo que nos hace daño, y lo haremos poniendo argumentos: no quiero que tomes decisiones por mi, me molesta que critiques mi comportamiento, me hace daño la forma en que me hablas, merezco que me trates mejor…
  • Mediante ejemplos, haz que se pongan en tu lugar: ¿te gustaría que a ti te dijeran o hicieran esto?
  • Ofréceles un tiempo para ver cómo reaccionan. Si percibes que no toman en cuenta tus derechos, tus necesidades, que siguen usando la manipulación y frases cómo «pero si yo todo lo hago por ti», será tal vez el momento de tomar una decisión. Tal vez necesites poner cierta distancia de esas personas que en realidad, se priorizan demasiado a sí mismas.

Priorizarse un poco más no es ser egoísta

Tal vez hayas pasado demasiado tiempo priorizando a los demás. Hay momentos en que pensamos que si nuestra familia, pareja, amigos o jefes están bien, «todo están» bien. Pero en realidad, quien no está bien ERES TÚ.

La juventud es la etapa más feliz

Ponerse como prioridad a uno mismo en el día a día no es ser egoísta, es cuidar de nuestra autoestima. Entiende que si tú estás bien, serás capaz de avanzar con seguridad en la vida dando a su vez felicidad a los demás.

  • A partir de hoy álzate como protagonista en tu vida y no como actor secundario. No te obligues a hacer siempre lo que los demás esperan: haz lo que necesita tu corazón.

Hazte preguntas a ti mismo y sé sincero/a

En ocasiones, ponemos el «piloto automático» en nuestro día a día. Decimos que sí a casi todo, vamos aquí y allá, renunciamos a esto porque nos lo piden, aplazamos sueños y proyectos porque nunca nos parece el momento adecuado.

  • Detente un momento a pensar cada vez que tu entorno te demande algo.
  • ¿De verdad quiero hacerlo? En ocasiones, acabamos haciendo tantas cosas que nos desagradan que acumulamos una alta frustración.
  • Si tu voz interior te dice que no desea hacerlo, atrévete a cumplir lo que de verdad siente tu mente y tu corazón: sé sincero contigo mismo.
  • En el día a día tienes que sentir un adecuado equilibrio entre lo que haces y dices y lo que eres. 

La tranquilidad de dar un  «NO» a tiempo

¿Lo practicas a menudo? La asertividad debe formar parte de nuestro día a día, debemos atrevernos a decir un «NO» rotundo y a tiempo para que más tarde, no llegue el malestar y esa rotura interna de nuestra autoestima.

pies por ventana de una persona feliz (Copy)

  • Decir un no bien alto te dará una gran tranquilidad interior. Y no te preocupes por cómo reaccionen los demás, al fin y al cabo decir lo que no queremos o no nos gusta es dar pistas de nuestra personalidad y eso, es algo que los demás deben conocer para saber tratarnos.

Lo que los demás esperan de ti no es algo que deba preocuparte

No es conveniente complacer a todo el mundo, ni caer bien a todos los que nos rodean. En realidad, quien se esfuerce en hacer todo lo que los demás esperan de él o ella encontrarán una gran infelicidad.

  • Tú eres tú, y los demás son los demás. Con algunos coincidirás y con otros no, y no hay obligación de ser como tu familia quiere que seas, y tampoco tienes que hacer y decir lo que tus amigos quieren.

Eres único/a, auténtico y debes cuidar de ti mismo para estar bien, y eso implica comprender que no hay necesidad de hacer siempre lo que los demás esperan.

En esta vida mereces ser feliz

Es algo tan evidente que no siempre pensamos en ello. No mereces que te vulneren, que te manipulen, que pongan voz a tus palabras, que te roben tus sueños o pongan cadenas a tu crecimiento personal.

  • Ser feliz implica sobre todo tener libertad, estar bien con uno mismo y con aquellos que de verdad nos respetan y nos permiten ser nosotros mismos.
  • Recuerda cada día que es necesario llegar a la cama y pensar que «estoy bien», «soy yo mismo». Habrá sin duda momentos mejores y peores, pero lo importante, es que nada ponga cercos a tu vida y que tus emociones estén en equilibrio, y tu mente en calma.

paseo en playa feliz (Copy)

Y ahora dinos… ¿Añadirías a esta lista alguna estrategia más? Si te ha gustado este artículo conoce también 5 hábitos con los que ser más feliz día a día.