Estamos tan acostumbrados a ver determinadas imágenes que ni siquiera las sentimos extrañas y no nos preguntamos por qué son así. Especialmente en el arte religioso, que fue prácticamente el único durante siglos, observamos representaciones curiosas sin saber a qué obedecen. Acompáñanos a descubrir 3 errores de traducción que vemos en obras de arte y que fueron repetidas por numerosos artistas.
Errores de traducción que vemos reflejados en obras de arte
1. Los cuernos de Moisés
Si viajas a Roma seguramente visitarás la iglesia de San Pietro in Vincoli para ver el mausoleo del papa Julio II. Miguel Ángel esculpió un maravilloso Moisés que luce en su cabeza ¡un par de cuernos! El genial artista italiano no fue el único en representarlo así. Todo se debe a un error de traducción.
El error de traducción se debe a Jerónimo de Estridón. En el año 382 el papa Dámaso I le encargó una traducción de la Biblia a un latín que pudiera ser entendido por el vulgo. Por eso se la conoce como «la vulgata». En la Biblia se explica que Moisés bajó del monte con las tablas de la ley y que en su frente resplandecían unos rayos de luz. Jerónimo confundió el término «karan» que significa rayos de luz con «keren» que quiere decir cuernos y así quedó reflejado en la Biblia que utilizaron los cristianos durante siglos. Los artistas que tomaron como fuente la Biblia hebrea original, pusieron en la frente de Moisés rayos de luz.
2. La cabeza de perro de San Cristóbal
Habitualmente las imágenes de San Cristóbal lo representan como un gigante que con gran esfuerzo cruza un río con un niño a su espalda. Sin embargo, en otras ocasiones lo veras representado como un hombre con cabeza de perro. ¿A qué se debe? Simplemente a un error de traducción.
Es especialmente en la iconografía cristiana ortodoxa donde encontraremos este San Cristóbal cinocéfalo. De este santo, del que actualmente se pone en duda que existiera realmente, se dice que era cananeo. Posiblemente alguien lo interpretó como «canineus» que viene de canino y en la época en que empezó a dibujarse al santo nadie se extrañaba de que existieran en los confines del mundo personas con la cabeza semejante a la de un can y así lo pintaron.
3. La manzana del Paraíso Terrenal
Todos sabemos que la manzana fue el fruto prohibido que Eva entregó a Adán en el Paraíso Terrenal y así lo vemos reflejado en numerosas obras de arte. Pues bien, este hecho que nos parece tan común y tan evidente, procede de un error de traducción.
En la Biblia original escrita en hebreo en ningún momento se dice que la fruta prohibida fuera una manzana. El error debemos achacárselo de nuevo a Jerónimo de Estridón, el traductor de «La Vulgata». El Génesis indica que Dios prohibió comer del fruto del árbol del bien y del mal. Jerónimo tradujo «mal» como «malum» que es un término que tanto se refiere a un acto negativo como a la «manzana» y como el pasaje habla de un fruto, la gente pensó que era una manzana.
Como veis los errores de traducción no son patrimonio de Google y ya en épocas pretéritas se cometieron algunos que a través del arte han llegado hasta nuestros días. ¿Conoces otros errores de traducción famosos? ¡Compártelo con nosotros!
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