Las condiciones extremas en las que se desenvuelven los pobladores de Oymyakón nos hacen ver este lugar, del que poco se comenta, como una cuna de súper humanos. ¿Por qué será? Tan solo imagina cómo es vivir el día a día con una temperatura de -60 grados ºC… es todo un reto. Conoce junto a nosotros esta aldea situada al noreste de la república de Sajá, al este de Siberia, con una de las temperaturas más desafiantes de la Tierra.
¿Cómo viven en Oymyakón?
Si con la simple suposición de cómo sería habitar uno de los lugares más gélidos del planeta se nos hielan hasta las pupilas, no querríamos comprobar en carne propia cómo es vivir en Oymyakón realmente.
Oymyakón cuenta con una población de quizás un poco más de 450 habitantes que se resisten a huir, a pesar de que el invierno en este lugar es de los más severos que existen, sobre todo durante los primeros meses del año en los que se han llegado a registrar temperaturas bajísimas de hasta -70 grados ºC.
Realizar actividades tan simples como ir al cuarto de baño es toda una epopeya para los aldeanos. El clima extremo provoca que las tuberías estallen en Oymyakón, por esta razón las familias han construido baños exteriores que son básicamente letrinas cavadas en la nieve, cubiertas con paredes de madera en las que el frío ingresa con facilidad.
Las calles suelen estar desoladas, solo de vez en cuando pueden avistarse personas caminando sobre las gruesas capas de hielo, exhibiendo las típicas pestañas congeladas de Siberia. Sus cuerpos ya se han adecuado perfectamente al clima, sin embargo prefieren resguardarse la mayor parte del tiempo en sus hogares, calentándose frente a la chimenea o ingiriendo bebidas conocidas por sus propiedades para calmar el frío (sí, hablamos del vodka). La realidad es que detestan las bajas temperaturas de Oymyakón.
Contar con apenas unos 28 días de sol no es precisamente del agrado de la gente del pueblo, ni de nadie. Más si las condiciones climáticas especiales de Oymyakón obligan a los habitantes del lugar más gélido del mundo a hacer las cosas de una manera completamente diferente al resto de los humanos, todo el tiempo. Como tener una dieta a base de carne congelada, por ejemplo, porque cultivar en estas tierras es imposible.
Desplazarse en coche es otro de los inconvenientes de habitar un lugar como Oymyakón, pues las baterías de los vehículos dejan de funcionar cuando las temperaturas son menores a -45 grados ºC. Así que, aunque la mayoría disponga de un automóvil con el que podrían ahorrarse una larga caminata en este congelador gigantesco, los coches se mantienen protegidos con calefacción hasta que las condiciones climáticas se vuelvan un poco más favorables para poder sacarlos a circulación sin correr el riesgo de quedar accidentados a mitad de camino.
Sin duda un lugar brutal en el que cuesta creer que se pueda sobrevivir. ¿Te atreverías a visitar Oymyakón?