Decides el destino de tus vacaciones, reservas el vuelo y, a menos que tengas fobia a volar, tu paso por el avión es lo menos importante de los días que pasarás en el extranjero. Se trata de un mero trámite antes de adquirir nuevos conocimientos y vivir experiencias únicas en un país por el que quizás ni siquiera habías imaginado que pasearías algún día. Sin embargo, si tienes una mente curiosa como nosotros y has visitado varios aeroplanos es posible que te hayas fijado en que los asientos de los aviones suelen ser azules, ¡casi siempre! ¿Por qué será?
Llevados por nuestra casi insaciable curiosidad, hemos decidido investigar un poco más sobre los asientos de los aviones y, ¿por qué no? Sobre el interior de estos vehículos que tanta fascinación (y terror en algunos casos) despiertan. ¿Nos acompañas a desentrañar todos sus secretos?
¿Por qué los asientos de los aviones son azules?
Seguramente si comentas esta duda en voz alta, habrá quien diga que es azul como podría ser rojo o verde, que no tienen importancia, o que el color azul es para recordar al cielo, el espacio por el que nos estamos desplazando, pero… estos no son los motivos que llevan a las aerolíneas a elegir el color azul para los asientos en los que los pasajeros pasarán horas.
Para empezar, el azul no se convirtió en el color más usual en los asientos de los aviones hasta hace algunas décadas. Es decir, no siempre han sido así. Quizás quienes decidieron que este era el aspecto que querían que tuvieran estas piezas del avión se fijó en cómo psicológicamente nos afectan los colores. ¿Qué causa en nosotros el color azul? Nos transmite sensación de seguridad y confianza. Algo esencial cuando viajamos en avión y que ayuda a calmar a esas personas con miedo a volar, aunque sea de un modo inconsciente. De hecho, en los años 70 y 80 algunas compañías decidieron decantarse por el rojo. Comprobaron que la agresividad de los pasajeros y el personal aumentaba en los aviones con este tapizado. ¡Muchas de ellas pronto volvieron al azul!
Sin embargo, la psicológica no es la única razón para elegir el color azul. Al parecer, es mucho más discreto cuando se trata de suciedad y rozaduras. Todos estos defectos llaman menos la atención en las telas azules, de modo que permiten tardar más tiempo en cambiar el tapizado.
Si has viajado en Primera Clase, quizás te estés preguntando por qué en esta zona del avión el color suele ser más claro, aunque sea azul. El motivo es que son menos personas las que pueden permitirse viajar en esta zona del avión y por lo tanto el número de pasajeros y, por consiguiente, el desgaste son menores.
El material de los asientos
Este es un dato curioso.
Cuando se trata de vuelos largos, las compañías suelen preferir que los asientos de los aviones estén cubiertos de tela. ¿Por qué? Transpiran mejor y no se pegan a la piel, de modo que el asiento es mucho más cómodo, aunque es más fácil que el material se manche y moje.
En el caso de los vuelos cortos, el material con el que está tapizado el asiento suele ser de polipiel, una imitación del cuero, que si bien se pega a la piel y no transpira como la tela normal, ¡es mucho más impermeable! Así, se mancha menos. Al fin y al cabo, el uso de un avión de vuelos cortos es mucho más repetido que el de uno de vuelos largos.
¿Por qué a veces las ventanas no coinciden siempre con los asientos?
Aquellos que adoran mirar por la ventana mientras el avión surca los cielos, a tantísima altura, se habrán sentido decepcionados al encontrarse con que debían sentarse en una fila que no coincidía realmente con la ventanilla. Cuando esto ocurre, aunque intentes encajar tu cabeza con el asiento delantero, ver realmente lo que sucede en el exterior es muy complicado. ¿Por qué no coincide bien con la fila? ¡Sería mucho mejor!
El motivo es muy sencillo. Las compañías suelen intentar que quepan tantos asientos como sea posible, obviando que lo ideal sería que la fila coincida con la ventana. Si te fijas, suele haber unos raíles en el suelo que permiten mover las filas de asientos al gusto de quienes preparan el vehículo. Así que está en las manos de la empresa de aviación decidir cuántas personas viajarán en ese avión y cómo situará el lugar donde se sentarán.
Ahora ya sabes por qué los asientos de los aviones suelen ser azules, por qué no siempre son de la misma tela y la razón por la que a veces te encuentras forzando tu cuello para poder ver por una rendija de la ventanilla. ¿Imaginabas que estos eran los motivos de todos estos enigmas?
Si tienes más dudas sobre los aviones y el interior de los mismos que te hayan venido a la mente mientras viajabas, no dudes en hacérnoslas llegar. ¡Las investigaremos! Mientras tanto, ¡feliz vuelo!