Cuando oímos la palabra «exorcismo» nos vienen a la memoria imágenes de películas de miedo. Los exorcismo parecen cosa del pasado o simplemente el argumento para una novela o un film de terror. Sin embargo, recientemente ha saltado a los medios de comunicación la noticia de que en Roma se iban a iniciar nuevos cursos de exorcismo. ¿El Vaticano los hace porque hay más posesiones? ¿Qué explicación tiene?
Los nuevos cursos de exorcismo en el Vaticano
Un exorcismo es el «conjunto de fórmulas y de ritos que se practican para expulsar un espíritu maligno, especialmente el demonio, del cuerpo de una persona, de un lugar, etc.». En casi todas las culturas y tradiciones religiosas existen rituales y creencias relacionadas con las posesiones y el exorcismo. El Vaticano preparó durante siglos a algunos sacerdotes para que realizaran esa función, pero desde hace algunas décadas, con los nuevos conocimientos médicos sobre psiquiatría y psicología, prácticamente no se habían necesitado ya que muchas de las manifestaciones que se consideraban posesiones se sabe que simplemente eran algún tipo de patología o padecimiento mental.
La convocatoria de nuevos cursos de exorcismo o de capacitación para realizar exorcismos es la respuesta del Vaticano a la creciente demanda de este rito en muchos lugares del mundo. Tanto los sacerdotes católicos como los ortodoxos y anglicanos han visto aumentar las personas que acudían a sus iglesias pidiendo un exorcismo. Muchos sacerdotes han explicado que la gente acude a sus parroquias desesperada ya que en su mente creen que están afligidos por un espíritu maligno. Tratar a estas personas y ofrecerles ayuda es sumamente complejo y requiere unos conocimientos específicos. Uno de los elementos en los que se entrena a los sacerdotes es a distinguir si el problema está relacionado con la salud mental o con algún tipo de problema emocional y no se trata de nada sobrenatural. En esos casos han de poder apoyar a la persona para buscar la ayuda adecuada.
Para realizar un exorcismo además de ser necesario que el sacerdote esté entrenado y tenga unos conocimientos específicos para ello, debe estar autorizado por el obispo y nunca debe ser realizado sin la expresa voluntad del que va a someterse al exorcismo. También deben consultarse médicos, psicólogos y psiquiatras cuando corresponda y seguir sus directrices, además de ofrecer a la persona un cuidado pastoral continuado y no hacer en ningún caso publicidad del asunto.
La Iglesia Católica, ante el revuelo que ha levantado el anuncio en los medios de comunicación de la convocatoria de estos cursos de exorcismo, ha dicho que no debe percibirse como que ha habido un aumento de casos de posesión demoníaca. El curso de capacitación para que los sacerdotes ejerzan las labores que muchos conocen como «ministerio de la liberación» significa únicamente que ha aumentado el número de personas que acuden solicitando auxilio porque sienten que están padeciendo de «mal espiritual». Ante estos casos, los sacerdotes deben saber ayudar a estas personas y seguir la regulación estricta de la iglesia. Ésta considera que el exorcismo es una práctica absolutamente excepcional, que involucra a personas frágiles, que en muchos casos pueden tener quebrantada su salud, y que en ningún caso implica violencia ni contacto excepto una suave imposición de manos, muchas oraciones y lecturas de las escrituras.
¿Qué opinas del tema? ¿Crees que es necesario que los sacerdotes realicen cursos de exorcismo? Si quieres saber más te invitamos a leer el post: ¿Cómo funciona un exorcismo?