Es innegable la fascinación que han ejercido la tribus nativas de Norteamérica y que la mayoría conocimos a través de las llamadas «películas del Oeste». A pesar de ser generalmente «los malos» en los films, sus vidas, sus costumbres e incluso su indumentaria han llamado poderosamente nuestra atención. En Supercurioso nos acercamos a una figura masculina legendaria de las tribus iroquesas llamado Hiawatha que unió a las Cinco Naciones (Séneca, Cayuga, Onondaga, Oneida y Mohawk) en una confederación, y en esta ocasión hemos querido hacerlo a una femenina para conocer la leyenda de Jigonhsasee, la poderosa madre de las naciones iroquesas. ¡Acompáñanos a descubrir su historia y su importancia!
La leyenda de Jigonhsasee
Jigonhsasee (también escrito Jigonsahseh, Jigonsaseh o Jikonsaseh) es considerada por los iroqueses la «Reina de la Paz» y una descendiente directa de la Madre del Cielo. Su importancia es vital en la unión de tribus que consiguió Hiawatha y gracias a ello las mujeres obtuvieron un papel básico y fundamental en la Confederación de Naciones. Por su intervención se decretó que era necesario el consentimiento de un consejo de mujeres o madres de clanes antes de cualquier decisión importante de las naciones iroquesas y además son ellas las que eligen a los jefes que representan a su grupo ante el consejo de las naciones. Conozcamos la leyenda de Jigonhsasee.
Jigonhsasee era una mujer que vivía en cruce de caminos por los que transitaban los guerreros de las diversas tribus iroquesas cuando volvían de guerrear. Su nombre, según los historiadores, significa «la que vive en el camino de la guerra». En su casa, que se utilizaba como si fuera un santuario, se encontraban en paz, entorno a la mesa, los miembros de las diferentes tribus y a ella acudió Hiawatha para explicarle su plan pacificador.
Conocida por su hospitalidad, los guerreros hacían un alto en el camino y acudían a su hogar en busca de comida y consejo. Jigonhsasee dejaba entrar en su casa a los miembros de las distintas facciones y aprendió a conocer sus deseos y anhelos. Cuando Hiawatha y su maestro Deganawidah, el Gran Pacificador, acudieron a ella para exponerle su idea de crear una confederación de naciones, ella preguntó por la forma que iba a tomar. Hiawatha le respondió que sería como una casa comunal, con muchos hogares, uno para cada familia, pero todos bajo «el hogar de una madre principal». Sería una comunidad con un solo pensamiento y una sola ley en la que el razonar y la reflexión sustituyeran al asesinato y venganza que imperaban hasta entonces.
Jigonhsasee reconoció y apoyó el camino hacia la paz y le fue encomendada la tarea de distribuir los diferentes lugares en la reunión para la paz, haciendo las labores de una diplomática moderna. A partir de ese momento, son las mujeres iroquesas las que eligen a los jefes que irán a reunirse a la casa comunal y todas las decisiones importantes han de ser aprobadas por un consejo de mujeres o madres de clanes. Por eso Jigonhsasee recibe el nombre de Madre de las Naciones.
Esperamos que te haya gustado la leyenda de Jigonhsasee y su importancia en el papel que ha partir de entonces desempeñaron las mujeres en la Confederación de Naciones. ¿Conocías la leyenda de Jigonhsasee? ¿Qué te ha parecido? Si quieres conocer a otras heroínas legendarias, te proponemos estas entradas que seguro te entusiasmarán: La verdadera historia de Mulán, la heroína china o 4 Heroínas históricas que lucharon contra la tiranía.