En Supercurioso te hablamos una vez de un espécimen tan extraño como el ciervo vampiro de Afganistán. En esta ocasión nos fijamos en una criatura mitológica: la serpiente marina. ¿Sabías que existe un animal que podría haber sido el inspirador de esta terrible leyenda?
Regalecus glesne, el pez remo gigante
El pez remo gigante, cuyo nombre oficial es Regalecus glesne, también conocido como Rey de los arenques puede llegar a medir 11 metros, aunque existen avistamientos de sujetos de hasta 17 metros y se lo considera el pez óseo más largo del planeta.
Suele ser de color plateado con algunos puntos más oscuros. La cabeza suele ser marrón y tiene una cresta que recorre su zona dorsal desde los ojos hasta la cola de un color rojizo, cuya tonalidad puede deberse a su alimentación basada en pequeños crustáceos de este color. Esta cresta de hace más grande en la cabeza, haciéndola bastante vistosa.
Debido a su forma de nadar ondulante, tanto vertical como horizontal, se ha especulado, y este es el punto en el que nos fijaremos, que pudiera ser la criatura que originó todas las leyendas alrededor de la existencia de serpientes marinas que aterrorizaban a los marineros en la antigüedad.
Repasemos algunos de estos relatos.
La serpiente marina en la mitología
Los avistamientos de serpientes marinas o dragones marinos se han repetido durante cientos de años hasta hoy en día. La criptozoología se ha fijado en estos hechos y han llegado a calcular hasta 1200 documentados. Una explicación para estos encuentros increíbles es que las criaturas fueran en realidad peces remo gigantes.
No obstante, cabe destacar que la mayoría de las bestias descritas son devoradoras de hombres, mientras que nuestros peces remo gigantes sólo se alimentan de krill y otros pequeños crustáceos.
Relatos sobre la mítica serpiente marina
En la mitología Nórdica había una serpiente marina llamada Jörmungandr o Midgarðsormr que rodeaba todo el mundo. También se habla de grupos de islas que los marineros intentaban alcanzar, pero que en realidad eran partes de la espalda de esta inmensa criatura.
El año 1028 es conocido como el momento en que San Olaf mató una serpiente marina en Noruega, concretamente en Valldal. De hecho, dicen que lanzó el cuerpo del animal sobre una montaña y que esta aún conserva las marcas del impacto.
Olaus magnus, el eclesiástico, cartógrafo, escritor y antropólogo sueco, describió en su Carta Marina multitud de criaturas entre ellas una inmensa serpiente marina. De hecho, en 1555 aprovecha su Historia de las gentes nórdicas para describir a este ser:
Aquellos que navegan por la costa de Noruega para comerciar con pescado cuentan la importante historia de cómo una serpiente de aterradoras magnitudes, 200 pies de largo y 20 pies de ancho, vive en los acantilados y cuevas a las afueras de Bergen. En las noches claras de verano la serpiente abandona su cueva para comer terneras, ovejas y cerdos, o se adentra en el mar y se alimenta de ortigas marinas, cangrejos y otros animales marinos parecidos. Tiene un codo de cabello que sale de su cuello, escamas afiladas y negras y unos ojos rojos y llameantes. Ataca las embarcaciones, atrapa y traga a las personas, tras elevarse como una columna desde el agua.
Las serpientes marinas también están presentes en la cultura mediterránea y del este, por ejemplo, babilónica. De hecho, Aristóteles habla de ellas en Historia Animalium. En la Eneida también se menciona a este ser como responsable de la muerte de Laoconte y sus hijos.
Otras teorías descartan la posibilidad de que se trate de un pez remo gigante y optan por la posible existencia de dinosaurios marinos aún vivos en aquella época.
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