Después de su segundo viaje al Nuevo Mundo, el almirante Cristóbal Colón encargó a un mercader inglés, John Day, la adquisición de un ejemplar en latín del libro de viajes más famoso de su tiempo (y del nuestro): el Libro de Marco Polo, también conocido como Il Milione y El Libro de las Maravillas, entre otros títulos, que utilizó para inventariar las posibles riquezas del mundo recién encontrado, y que él creía tierras de Asia, regidas por los descendientes de Kublai Kan.
El ejemplar adquirido por Colón, y que éste llenaría de anotaciones, fue impreso en Holanda unos años antes de los viajes del almirante, entre 1483 y 1484, y era apenas una de las tantas versiones y traducciones de este libro que circulaban por Europa desde su aparición, a fines del siglo XIII.
A la versión en español de este libro usado por Colón puedes acceder hoy en día a través de Internet, comprando algunas de las ediciones impresas o visitando el original en la Biblioteca Colombina en Sevilla; pero en tiempos de Marco Polo las cosas no eran tan fáciles, pues ni siquiera se había inventado la imprenta.
Marco Polo
Marco Polo (1254–1324) nació en Venecia poco después de su padre haber partido en un viaje con su hermano que lo llevó a la corte de Kublai Kan en China. Marco conocería a su padre y a su tío quince años después, cuando éstos volvieron cargando, entre otras cosas, con una carta del Kan para el Papa.
Los hermanos emprendieron nuevamente un viaje a China en 1269, llevando a un Marco muy joven con ellos, de apenas 15 años.
Los tres hicieron la “Ruta de la Seda”, pasando por Armenia, Persia y Afganistán; y una vez en la corte del Kan, Marco estuvo a su servicio por unos veinte años, realizando viajes y recogiendo información para el emperador, que eventualmente plasmaría en su célebre libro.
El libro de los mil títulos
A su regreso a Europa, en 1295, fue capturado por los genoveses, que se encontraban en guerra con los venecianos; fue en sus calabozos que dictó sus recuerdos sobre sus viajes a un compañero de celda, y este manuscrito inició un recorrido poco usual en una época anterior a la imprenta: comenzó a ser copiado y traducido a distintas lenguas vivas y a una agonizante y cada vez más desplazada por los nacientes idiomas modernos que venía a ser el inglés de la edad media: el latín.
No se conserva el manuscrito original, y el más antiguo, escrito en francoitaliano, llevaba el título de Le divisament du monde (La descripción del mundo), que en otras copias fue llamado también Livre des merveilles du monde.
En italiano el libro fue conocido como Il Milione (Los millones) y como Il viaggi di Marco Polo (Los viajes de Marco Polo).
Entre la literatura, la etnografía y el manual para mercaderes
En vida de Marco Polo hubo también traducciones de su libro al alemán, al checo y al gaélico irlandés (en sus incipientes versiones, claro está). Y no es de extrañar, porque además de brindar a Occidente una visión de primera mano de las culturas orientales (llena de exotismo y a ratos de exageraciones), funcionaba también como un manual para viajeros que pretendiesen establecer relaciones comerciales con estos pueblos, al estar lleno de referencias a los días de camino entre las principales ciudades, productos comerciales de cada región, religión y costumbres, etc.
Por eso también constituye una “joya etnográfica”, al describir por primera vez muchos pueblos y culturas hasta entonces ignorados por Occidente; descripciones acompañadas por historias maravillosas sobre las que hablaremos en un próximo artículo.
Te invitamos a seguir en nuestra página, leyendo sobre más historia, como el que trata de la leyenda de la “boca de la verdad”.