En Supercurioso te hemos hablado del arte del tatuaje, de su tradición e incluso te mostramos esa delicada moda reciente de los tatuajes minimalistas de Seoeon. Si eres un amante de este tipo de prácticas ancestrales, sabrás lo importante que ha sido siempre a lo largo de diversas culturas el arte de la escarificación.
Practicada aún en muchos pueblos africanos, este tatuado doloroso es común también en los países occidentales, y a pesar del peligro que conlleva debido al riesgo de infección, cabe decir que el resultado es siempre muy llamativo. Algo extremo, pero llamativo.
Te invitamos a descubrirlo con nosotros.
La escarificación, el valor del dolor
La escarificación duele, eso es algo que nadie puede negar. Las escaras pueden aparecer también como parte del proceso de cicatrización tras una intervención quirúrgica. Es muy posible que tú mismo tengas una a causa de un corte o un pequeño accidente, ese que tras la aparición de una costra, derivó en una especie de granulación. El tejido, tras la cicatrización muere, de ahí que quede ese relieve y ese color.
Ahora bien, en muchas culturas se utiliza la escarificación como expresión de belleza, y a su vez de fortaleza. No solo vemos estas prácticas en África, también los mayas o los chichimecas llevaban a cabo esta técnica dolorosa producida mediante la abrasión por raspadura, por corte e incluso por quemaduras.
El objetivo para conseguir las escarificaciones decorativas, es que la piel cicatrice y de paso a un queloide. ¿Y qué es un queloide? Te preguntarás. Es tejido ulcerado y acumulado que se va inflamando a medida que cicatriza. Si lo hace bien y de forma adecuada, el queloide perderá ese color morado para quedar en un tono más saludable donde aparecerá la forma deseada. En África es común la llamada piel de cocodrilo, mientras que en los países industrializados se busca siempre ese dibujo deseado acorde a nuestra personalidad.
Cabe decir que durante la cicatrización del queloide hay que ir con cuidado, porque en ocasiones puede aumentar de tamaño y aparecer una infección muy seria. De ahí el riesgo.
Te invitamos a conocer ahora mediante qué forma podemos conseguir nuestras escarificaciones (si te gusta este tipo de arte corporal, claro está)
1.Cutting
En este caso se utiliza un bisturí. Con él, se siguen las lineas del dibujo elegido a lo largo de la piel y de las marcas dejadas por el bolígrafo para crear la forma. Es importante saber además que de la profundidad del corte dependerá a su vez el grosor de la cicatriz…
Así que a pesar de la anestesia local, sabes que va a aparecer bastante sangre porque estamos cortando redes de capilares.
2. Skin removal
Doloroso, muy doloroso. ¿En qué consiste? En un vaciado, en retirar trozos de piel mediante bisturí o bien por abrasión quirúrgica. Aquí la cicatrización es más lenta, y se requiere de mayores cuidados médicos para evitar la temida infección. ¿El resultado? Muy impactante.
3. El Branding
Aquí nuestros lectores de estómago sensible pueden sufrir un pequeño escalofrío. El Branding se basa en «quemar» la piel. Obviamente no se hace en vivo ni con un hierro ardiendo, en absoluto… Esta tarea la lleva a cabo un «pirógrafo» que va haciendo marcas con distintos tipos de materiales controlados y cuidados sanitariamente, o bien mediante un tipo de líquido abrasivo.
Las quemaduras son notables, y el proceso de cicatrización muy doloroso. Es más, los entendidos en el arte del escarificación dicen que el acabado no es tan bonito.
Y ahora dinos… ¿qué te parece este tipo de arte en la piel? ¿te atrae o lo ves muy agresivo? ¡No dudes en dejarnos tu opinión!