En el mundo hay lugares que, con tan solo una mirada, parecen mágicos e increíbles; lugares con vistas maravillosas, con condiciones casi que sobrenaturales o con historias tan sorprendentes que sería perfectamente imposible olvidarlas, pero ¿qué pasaría si encontramos un lugar que cumple con todo lo anterior? Este es el caso de uno de los lagos más famosos de Estados Unidos, envuelto en una historia sobrecogedora. Dicho lago será el protagonista de nuestro artículo de Supercurioso, en el que te contaremos todo sobre la leyenda del Lago Crescent.
El lago Crescent, ¿cuál es el origen de su fama?
Lo primero que debes saber antes de ‘sumergirte’ en la macabra historia detrás de la leyenda del Lago Crescent, es que este está ubicado en el Parque Nacional Olympic, en el condado de Clallam, Washington. Oficialmente, es considerado como el segundo lago más profundo de Estados Unidos, a pesar de que su profundidad ha sido motivo de debate durante años.
Ahora bien, si por algo es conocido este lugar, es por sus aguas de excepcional brillantez y claridad. Dicha circunstancia se da porque el crecimiento de las algas es impedido por la ausencia de nitrógeno en el agua.
Además, y como si todo lo anterior no fuera suficiente, a las espaldas del cuerpo de agua se erige una montaña en forma de pirámide, bordeada por las huellas de los restos de vías de ferrocarril que antes serpenteaban por ahí.
En este lugar se respira paz, Lago Crescent está muy alejado del ruido de las ciudades y es un lugar perfecto para desconectar, para dejar a un lado nuestras obligaciones mundanas durante unos días. No obstante, como siempre ocurre en estos casos, nunca debemos pasar por alto las historias trágicas sucedidas en determinados parajes. Pues, justo en este mágico lugar, es donde se asienta la triste leyenda del lago Crescent…
En Lake Crescent no solo brilla la pureza de esas aguas originadas por un glaciar: Debes saber que son muchas las personas desaparecidas aquí, siendo la leyenda del Lago Crescent una de los relatos más impactantes acaecidas en este lugar.
¿Te gustaría conocer su historia?
La trágica leyenda del Lago Crescent o la dama del lago
La protagonista de la leyenda del Lago Crescent se llama Hallie Latham Illingworth. Tenía algo más de 30 años cuando, tras separarse de su segundo marido, encontró trabajo como camarera en una de las tabernas cercanas; humildes instalaciones en las que se atendían a los turistas. Fue allí, en 1936, donde sucedió todo lo que estás a punto de conocer.
Hallie llevaba una vida tranquila en este lugar. Al poco tiempo, conoció a Montgomery «Monty» J. Illingworth, con el que se casó. Pero su enlace no fue precisamente satisfactorio, ni aún menos feliz: el marido de Hallie la maltrataba de modo brutal, despiadado. De hecho, y según la habladuría, era normal verla cada día aparecer en la taberna con la cara morada, con alguna herida, con magulladuras.
La leyenda del lago Crescent comienza, tras cinco meses de matrimonio, cuando nuestra protagonista desapareció sin dejar rastro. El señor Monty afirmó que Hallie se había ido con un marinero de Alaska. Las autoridades le creyeron, pero a las pocas semanas empezaron a sospechar, cuando este hombre se marchó a California con otra mujer.
No obstante, nadie hizo nada. Hallie no tenía parientes y nadie se preocupó por buscarla. Hasta que llegó el 6 de julio de 1940. Fue entonces cuando dos pescadores encontraron algo flotando en el agua: era un bulto envuelto en mantas y cuerdas.
Cuando llamaron al sheriff y retiraron el envoltorio, descubrieron algo espantoso y lleno de misterio: Era una mujer de poco más de 30 años; su cuerpo, no estaba hinchado, ni corrompido, más bien parecía una preciosa estatua blanca de yeso, su carne estaba dura y parecía casi de cera. Era ella: Hallie Latham Illingworth. Así se dio comienzo a lo que hoy es la famosísima leyenda del Lago Crescent.
Pero, ¿qué sucedió con el descubrimiento?
El cuerpo fue sacado del agua y llevado a un centro forense para averiguar qué le había ocurrido y por qué tenía ese aspecto tan singular. Los médicos no tardaron demasiado en intuir que el cadáver de Hallie Latham Illingworth había sufrido lo que se conoce como saponificación.
Cuando el cuerpo se sumergió en este lago, famoso por carecer de nitrógeno, la descomposición fría, originada sin duda en las profundidades, hizo que las sales y calcio del agua convirtieran la carne en un material similar al jabón, una sustancia llamada Adipocira. Entonces, lo que sucedió es lo conocido por los expertos como saponificación cadavérica.
Tras un meticuloso proceso de análisis se concluyó que Hallie Latham Illingworth había sido brutalmente estrangulada. Por ello, el 26 de octubre de 1941, Monty Illingworth, su prófugo marido, fue arrestado en Long Beach. Se aportaron pruebas concluyentes y testimonios de los constantes malos tratos a la mujer.
No obstante, y aunque se pensaría que la leyenda del Lago Crescent había tenido un final justo para la víctima, no fue hasta el 5 de marzo de 1942 cuando se le culpó de asesinato en segundo grado, condenando al hombre a cadena perpetua; Monty fue liberado a los nueve años sin ninguna razón en particular.
La leyenda del Lago Crescent es una de las más mencionadas en el país y, se dice, que nadie pudo olvidar ese rostro perfecto de blancura absoluta y ese cuerpo de cera que el lago no había querido corromper, como si, de alguna manera, hubiera querido respetar a esa mujer que ya había sufrido demasiado en vida.
Y tú, ¿crees en la leyenda del Lago Crescent? ¿Cuál otra historia de este estilo conoces? ¡Te leemos! Y si esta historia ha llamado tu atención, no dejes de conocer este artículo sobre los lugares más tenebrosos del mundo. ¡Te aterrarán, pero también te fascinarán!