El amor es una de las emociones más intensas que puede experimentar el ser humano. Tanto, que es capaz de darnos la felicidad más sublime hasta la devastación más absoluta, ésa que, en ocasiones, nos sume en depresiones y que cierra, en casos más extremos, nuestros ánimos por interaccionar con el mundo.

Ahora bien, ¿puede el desamor variar de algún modo la neuroquímica de nuestro cerebro? Desde luego, y de forma tan intensa que hará que salgamos fortalecidos o no de este proceso de duelo que todos hemos vivido o viviremos, seguramente, alguna vez.

El desamor duele, no hay duda, pero el modo en que cada uno lo afrontemos en nuestro día a día hará que salgamos antes de ese proceso tan complejo interiormente. Y durante ese tiempo, nuestro cerebro experimentará diversos cambios.

Te los explicamos.

El peligro de la decepción

Tras una ruptura, tras una separación, es común que aparezca esta sensación: la decepción. No sentimos decepcionados por haber soñado un determinado tipo de futuro y encontrarnos otros. Estamos decepcionados porque la persona no fue como esperábamos o porque las circunstancias, no se ajustaron a nuestros planes.

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Ahora bien… ¿Se refleja de algún modo la decepción en nuestro cerebro? Así es, y es un aspecto fascinante:

  • Según una investigación llevada a cabo en la Universidad de California en San Diego (EE.UU.) la parte exacta del cerebro que controla el procesamiento de la información asociada a la decepción (así como otras emociones negativas) es la habénula lateral.
  • La decepción y el peligro de que esta emoción negativa derive en su lado más acusado (la depresión) se explica por un desequilibrio entre dos neurotransmisores: el glutamato y el GABA.

Si día a día afrontamos la situación con entereza y evitamos cargar con el rencor o esa tristeza infinita, entonces esta neuroquímica variará y «equilibraremos» la función de la habénula.

Pérdida del placer

¿A qué nos referimos con pérdida del placer? Básicamente a que perdemos durante un tiempo nuestra ilusión, nuestra capacidad de apasionarnos por algo, de disfrutar de las cosas más sencillas. Quedamos como aletargados.

El desamor implica tener que pasar un tiempo determinado «reconstruyéndonos» por dentro, hilando de nuevo nuestra autoestima y nuestra capacidad por encontrar de nuevo, las ganas por abrirnos al mundo.

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La pérdida del placer se traduce a nivel cerebral, con un desequilibrio en la noradrenalina y el cortisol. Dos hormonas que aparecen cuando hay una bajada de la oxitocina o la dopamina, esos neurotransmisores asociados a la efusividad del enamoramiento, o el placer de la felicidad, de la pasión.

Posible bajada de la autoestima

Puede ocurrir. Dependiendo siempre del modo en que enfoquemos la ruptura de esa relación determinará la presencia de un tipo  aumento o bajada en la neuroquímica en nuestro cerebro. Hay quien siente rabia, rencor… Sensaciones relacionadas con la decepción.

No obstante, una situación muy común y peligrosa que mucha gente experimenta, es una bajada de la autoestima, en especial si somos rechazados o engañados. De ahí, que aparezcan pensamientos como: «Hay algo en mi que siempre falla, no soy lo bastante atractivo, no soy lo bastante bueno para él o ella, está claro que voy a acabar sólo, que no sé amar, que no merezco ser amado…»

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Son, como decimos, pensamientos muy autodestructivos y que hay que saber controlar. Si nos dejamos llevar, los cambios que experimentará nuestro cerebro se concentrarán en el área frontroestriatral, con una bajada notable de la actividad en esta área.

Las investigaciones sobre en qué parte de nuestro cerebro se concentra la «autoestima» son muy recientes y se han llevado a cabo en el Dartmouth College de Hanover (Estados Unidos), y se han publicado en la revista Social Cognitive and affective Neurosciencie.

Sí a la resiliencia

La resiliencia es esa actitud maravillosa que todos tenemos: la de saber salir fortalecidos de la adversidad, habiendo adquirido no sólo un aprendizaje, sino que además, nos vemos a nosotros mismos más capaces, más maduros. Sabiendo qué caminos seguir, qué personas nos convienen más y logrando además un buen autoconocimiento.

La resiliencia se va trabajando día a día, y la adquirimos con el tiempo, en especial, tras haber salido de situaciones complicadas como el desamor. Si te preguntas en qué áreas queda asociada la resiliencia te diremos que el tema es muy interesante, porque son muchas muchísimas áreas, de hecho, se asocia la resiliencia al pensamiento lateral, al pensamiento creativo, maduro y fuera de los procesos lógicos o el pensamiento «causa-efecto».

superacion de la tristeza

Para concluir, a pesar de que todos hemos pasado o pasaremos por el desamor, el modo en que lo superemos será una victoria, y una lucha por recuperar las ganas por vivir, y encontrar a la persona que de verdad, se ajuste a nosotros.

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