Las pieles que parecen ser besadas por el sol, con destellos dorados y de un matiz que evoca mañanas luminosas a orillas del mar, son ciertamente atractivas. Hay quienes la llevan de herencia, y los que no, aprovechan el verano para recibir los rayos del astro rey y así brindarle un poco de calidez al semblante.
Pero como todo en exceso trae consecuencias, la obsesión por tener la piel bronceada ha dado cabida a un tipo de cáncer que en otros tiempos no era tan frecuente.
Querer tener una piel bronceada te está matando
Por moda o por gusto, personas alrededor del mundo se someten a largas horas de exposición solar para conseguir una piel bronceada. También se vuelven usuarios asiduos de cabinas de bronceado y consumidores de productos que aseguran proporcionar una coloración morena pero que no han sido testados adecuadamente para aprobar los rigurosos estándares de salud.
¿Qué tan lejos ha llegado la fascinación por tener pieles más oscuras con métodos artificiales? Los diagnósticos de melanoma se han disparado en los últimos años.
El melanoma es el causante de la mayoría de las muertes por cáncer de piel, se estima que es el responsable de alrededor del 75 por ciento de ellas. Puede presentarse de manera más perceptible a la vista cuando se trata de un tumor cutáneo cuya apariencia es una mancha irregular, en el ojo (melanoma ocular) y en su forma sigilosa cuando es un melanoma intestinal.
El abuso de la exposición solar no es la única implicación en el alza de pacientes con melanoma. La radiación ultravioleta, provenga de donde provenga, es tendente a desarrollar tumoraciones malignas en la piel, tal como la que irradian las cámaras de bronceado. Los rayos UV artificiales, al igual que los emanados por el sol, provocan cambios drásticos en el ADN de los melanocitos, célula encargada de reproducir melanina y de proteger, precisamente, a la epidermis de los efectos de la radiación.
«En los últimos años ha aumentado la preocupación por el uso excesivo de camas solares entre la población, en particular entre los adolescentes, con el fin de lucir una piel bronceada, algo que se considera envidiable desde el punto de vista social. Con todo, el uso de camas solares ha dado lugar a un aumento vertiginoso del número de casos de cáncer de piel,» dijo la Dra. Kerstin Leitner, Subdirectora General de la Organización Mundial de la Salud.
El Melanotan, una hormona que cambia la pigmentación de la dermis, es otra de las opciones que se han prestado para la causa. De acuerdo al Dr. Antonio Tejera Vaquerizo, del Servicio de Dermatología del Instituto Dermatológico GlobalDerm, tales autobronceadores no son fiables, pues se han evidenciado cambios en la piel de quienes los usan, como aparición de lunares e incluso melanomas. Aunque aclara que son hechos ‘anecdóticos’, ya que rara vez atienden casos de este tipo, sin embargo, el tratamiento puede provocar efectos secundarios importantes como hipertensión.
Para evitar que este mal continúe en ascenso, vulnerando la vida de adolescentes y adultos llevados por la necesidad desmedida de querer llevar la piel con un tono diferente, usar protección solar mientras se esté expuesto al sol, además de regular el uso de camas de bronceado, son medidas de absolutamente vitales.
Entre lo fundamental, también está aceptarnos, sentirnos cómodos con nuestra propia piel, sea del color que sea. La tanorexia (obsesión por el bronceado) es cosa seria, no querrás llegar hasta ahí.
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