6.052 kilómetros, es lo que tendría que recorrer un súper nadador desde Virginia Beach, en el estado de Virginia (Estados Unidos), hasta la costa vizcaína de Sopelana (España), y será también el tamaño del cable submarino que unirá España y América del Norte en 2017, como parte de un proyecto de Microsoft, Facebook y Telefónica, para mejorar sustancialmente las redes que florecen a la sombra de internet.
Proyecto MAREA: un nuevo CABLE SUBMARINO entre EE.UU. y España
Las dos empresas norteamericanas y la española anunciaron recientemente la creación del Proyecto Marea, que consiste en el establecimiento de un cable de fibra óptica entre Estados Unidos y España, con capacidad para transmitir 160 terabits por segundo, con lo que será 16 millones de veces más rápido que una conexión doméstica, convirtiéndose en la banda más ancha que exista.
La mayor parte de los cables trasatlánticos de telecomunicaciones que salen de Norteamérica lo hacen desde Nueva York, pero éste lo hará desde más al sur, para estar cerca del principal centro de datos de Facebook, localizado en Rutheford, Carolina del Norte. De la infraestructura en España (un país cuyas curiosidades puedes descubrir aquí) se encargará una empresa creada por Telefónica y que llevará el nombre de Telxius Telecom.
En un comunicado conjunto, las tres empresas declararon que “el cable Marea ayudará a satisfacer la mayor demanda de alta velocidad y fiabilidad para la conexión en la nube y los servicios online de Facebook y Microsoft y sus clientes”.
Los usuarios notarán la diferencia después de octubre de 2017 al usar servicios como Skype, la nube u Office online.
Como dato curioso habría que mencionar que muchos usuarios tienen una imagen equivocada de cómo se mueven las comunicaciones (como Internet) actualmente, adjudicando una importancia exagerada al papel de los satélites de telecomunicaciones. En realidad el 99% de las comunicaciones mundiales de Internet se hacen a través de cables, y hoy en día hay alrededor de 299 cables de fibra óptica activos o en construcción.
El primer cable submarino se extendió entre Inglaterra y Francia en 1852 y desde entonces es mucha la información que ha corrido bajo los océanos. Un par de ejemplos para destacar la importancia de estos cables en la comunicación de millones de personas: en Alejandría, Egipto, un barco cortó accidentalmente dos cables y redujo la capacidad de Internet en Asia en un 75%; y en Taiwán al cortarse accidentalmente 9 cables todo el país se quedó sin Internet ¡durante semanas!
Son buenas noticias para los usuarios de Europa y Estados Unidos, pero no venidas del cielo sino del fondo del mar. Ojalá que en algún momento se piense en el resto del mundo.
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