A pesar de los esfuerzos masivos de gobierno, médicos e individuales para ganar la guerra contra la obesidad, el adulto promedio es 10 kilos más pesado hoy que en 1960. Nuestra circunferencia creciente añade unos 200 mil millones de dolares a nuestro gasto sanitario, que asciende a una crisis de salud grave. ¿Es hora de perder peso?
El secreto para perder peso según la ciencia
La investigación de medicamentos no ha dado con una píldora que ayude a las personas a perder peso y no recuperarlo. Los enfoques tradicionales, tales como la dieta y el ejercicio pueden funcionar a corto plazo, pero la gente casi inevitablemente recupera el peso perdido. Ensayos controlados aleatorios de la cirugía de pérdida de peso han demostrado algunas mejoras en la diabetes, pero no en la mortalidad, el cáncer y las enfermedades cardiovasculares.
Si alguna vez se inventase una «píldora» como solución de peso, para que ésta funcionase debería afectar y cambiar nuestro cerebro. En particular las zonas primitivas de lo que llamamos el «cerebro emocional». Estos circuitos controlan la tensión y el estrés que consume las emociones, pensamientos y comportamientos. Al cambiarlos, tendríamos la oportunidad de abordar la causa raíz de los problemas relacionados con el sobrepeso: el estrés. Mientras que algunos sobrepesos y obesidades son causados por la genética, las investigaciones están indicando más y más que el estrés juega un papel importante en el aumento de peso. Muchas personas bajo estrés recurren a la comida como solución inconsciente.
Los investigadores ya se han propuesto desarrollar un enfoque basado en la neurociencia para regular el control de peso y hacer frente a los excesos comunes que todos enfrentamos. A través de la formación del cerebro emocional, la idea sería utilizar las herramientas basadas en la neurociencia para cambiar el cerebro, de modo que toda la gama de excesos comunes se desvanezca.
El método ha mostrado resultados prometedores. El cerebro emocional es el mando central para el peso y los excesos comunes. Incluye los centros de miedo, de recompensa y de hambre. Cuando ese cerebro está en tensión, los tres centros promueven el aumento de peso y comer en exceso. Tenemos fuertes unidades que hacen exactamente lo que sabemos que no debemos hacer. ¡No podemos evitarlo! Nuestro cerebro emocional está en tensión. Las rampas de tensión influyen por lo tanto en los valores de recompensa en los alimentos, aumentando el hambre de hidratos de carbono y disminuyendo la tasa metabólica, casi garantizando el aumento de peso. El eslabón de esfuerzo de la obesidad ha sido bien documentado. Nuestro cerebro pensante (neocórtex) se desentiende, y los extremos de nuestro cerebro emocional son los que mandan.
Así que para tomar el control de nuestro cuerpo, tendríamos que tomar control de nuestra mente. ¿Qué opinas? ¿Si se inventase tal píldora, la tomaríais?
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