El matrimonio entre primos es sin duda un tópico polémico, sobre todo en la sociedad actual. Cuestionamos si son relaciones incestuosas o como cualquier otra… las opiniones son por lo general polarizadas. Y la duda sobre qué podría pasar si dos personas que comparten los mismos lazos sanguíneos, procrean, siempre sale a colación. Por años se ha discutido sobre los riesgos de que sus hijos padezcan malformaciones y enfermedades como el Síndrome de Down.
En cambio, en siglos pasados este tema no desataba tantos debates. Europa fue uno de los continentes con mayores registros de uniones consanguíneas. Las familias de origen noble solían arreglar casamientos de primos con primas o tíos con sobrinas, ya por razones políticas o para preservar “la sangre azul”.
Sin irnos tan lejos en el pasado, en países del medio oriente, la endogamia permanece vigente, siendo el matrimonio entre primos de primer grado el predilecto. Aunque también en otros puntos de la geografía se dan estos amoríos, por menos frecuentes que sean.
En fin, es más común de lo que pensamos, y lo que te contaremos a continuación, en base a un informe reciente, podría invitarte a replantear algunas creencias en relación a la concepción entre miembros de una misma familia.
Matrimonio entre primos: ¿qué podría pasar?
Este estudio pionero sobre la descendencia entre primos, estuvo a cargo de la Sociedad Nacional de Consejeros Genéticos. En su curso, analizaron a una comunidad paquistaní que sostenía relaciones endogámicas. Mediante una serie de muestreos médicos determinaron que las posibilidades de que concibieran hijos con alteraciones genéticas apuntaba al 6%, en contraste con los riesgos que pudiera tener la población en general (3%).
Robin Bennett, líder del equipo, le explicó a ABC NEWS que a pesar de que las posibilidades de que se produzcan defectos congénitos están ahí, en realidad “no son tan malas” como se considera tradicionalmente. Y es que existen otros factores de riesgo que superan en porcentaje las posibles eventualidades cromosómicas que pudieran tener los hijos de primos “hermanos”.
Está el caso de las mujeres con embarazos tardíos a los 40 años, por ejemplo, pues a esta edad las probabilidades de concebir a niños con trastornos mentales y demás advenimientos médicos, se eleva a 10%. Otro fundamento de Bennett es que si un padre tiene una enfermedad genética, el riesgo de que lo traspase a su descendiente es del 50%.
No por ello Bennett deja de advertirles a los padres sobre las posibilidades, pero tampoco les prohíbe tener hijos. Más bien resalta que la mayoría de los primos que mantienen relaciones sentimentales asisten a asesorías antes de planificar un embarazo.
Con los avances de la ciencia es posible tener más claro el panorama sobre si es un riesgo engendrar o no en una relación consanguínea. De esto se aseguraron los primos y esposos Brian y Caren, que asistieron a estos chequeos médicos donde les informaron que los peligros de tener hijos con defectos genéticos eran bastante bajos.
Tuvieron dos hijos sanos, uno de 14 y otro de 10 años, solo les previnieron que podrían nacer con asma por cuestiones hereditarias, y así fue. Son chicos talentosos en el colegio, con padres que dicen tener los mismos valores y la misma conexión. Ellos aseguran que esto sin duda hizo que ambos se enamoraran profundamente, sin importar que fuesen familiares cercanos.
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