El mundo nos oculta muchos secretos y conocimientos. En su enorme misterio, los seres humanos hemos tratado de descifrarlos y desde ese deseo es que se han desarrollado diferentes ciencias; naturales y exactas, pero también las artes y el esoterismo. De la conjunción de muchas de estas disciplinas nació la alquimia, una ciencia compleja que nos ha atraído a todos. Una de sus premisas principales era que, durante la época más antigua, los humanos y sabios tuvieron las llaves del universo, pero, lamentablemente, ese conocimiento se perdió y había que redescubrirlo. De esta manera, hubo muchos pensadores que creían en el poder de la alquimia y entre ellos podemos destacar a María la Judía, quien se considera la primera mujer alquimista. Si quieres conocer más de ella, acompáñanos en este nuevo artículo de Supercurioso.

María la Judía, la primera alquimista de la historia

María la Judía, también es conocida como María la Hebrea o Miriam la profetisa. Fue la primera mujer alquimista de la historia, pero también se considera como una fundadora y gran contribuyente de esta disciplina. Aunque se desconoce su lugar de origen, se sabe que vivió en Alejandría entre los siglos I y III de nuestra era. Su gran conocimiento sobre los símbolos de la alquimia y su significado le otorgó fama mundial. Al igual que sus inventos y observaciones que fueron recogidos por varios autores posteriores.

1. ¿Cuál fue el origen de María la Judía?

quien fue maria la judia

Lamentablemente, no se tienen muchos datos sobre su origen, pues se dice que la totalidad de sus obras se perdieron en el conocido incendio de la biblioteca de Alejandría que sucedió en el año 273. Por este motivo, su nombre e identidad son verdaderamente inciertos. Algunos la asociaban con María Magdalena y otros con Miriam, la hermana de Moisés, pero la evidencia de esto es muy escasa. Incluso hay quienes creen que se trataba de una especie de seudónimo utilizado por uno o varios alquimistas hebreos. 

Sin embargo, lo poco que conocemos de esta primera mujer alquimista se lo debemos a Zósimo de Panópolis, quien fue un alquimista griego de finales del siglo III. Este personaje fue el autor de los libros de alquimia más antiguos que conocemos en la actualidad. En ellos logró recuperar gran parte de las obras de María la Judía. Y este no fue el único, muchos otros autores hacen referencias a ella y le atribuyen varias citas.

Otros autores como el cronista Jorge Sincelo pensó que esta mujer fue maestra del matemático Demócrito, que a lo mejor has oído. Por otra parte, se dice que educó a un discípulo al que se conoce como Agathodaimon y que además impulsó a otras grandes mujeres como es el caso de Hipatia de AlejandríaPero las diferentes temporalidades y localidades de estos autores y sus hechos, hicieron que los datos sobre María la Judía sean aún más confusos.

Además de esto, otros escritores griegos como Ostanes la describe como «la hija del rey de Saba»; el poeta persa Nezāmi habla de ella como una princesa siria que visitaba la corte de Alejandro Magno y que además era pupila de Aristóteles. También se le conoció como «la hija de Platón», que, curiosamente, era el nombre con el que designaba al azufre blanco, entre los antiguos alquimistas occidentales. Este era uno de los elementos más básicos e importantes en la alquimia, pues representaba el principio vital, es decir, la vida.

2. ¿Cuáles fueron sus aportes?

inventos de maria

Esta mujer alquimista tuvo grandes logros a lo largo de su vida, pero además se le atribuyen varios textos y el famosísimo baño de María, sí, la técnica de cocción que de seguro has usado en casa. Ahora veremos más en detalle cuáles fueron las invenciones y obras de María la Judía.

Su principal obra conocida es “Extractos hechos por un filósofo cristiano anónimo”, también nombrada como “Diálogo de María y Aros”, en donde están descritas y nombradas las operaciones que después serían la base de la alquimia.

En esta obra se describen por primera vez ciertos compuestos, como el ácido de la sal marina y del arsénico. Esto fue algo muy importante en la alquimia, pues de esta manera se lograba la transmutación de los elementos, por lo que podría hacer el oro que, a su vez, es uno de los elementos más importantes de la alquimia y es la representación de la perfección. 

Por otra parte, además de sus textos, María la Judía inventó complicadas máquinas y aparatos que servían sobre todo para la destilación y la sublimación de diferentes materias y elementos químicos. Veamos cuáles fueron:

Tribikos

Tribikos invencion

El objetivo de esta invención es obtener sustancias purificadas mediante el método de la destilación. Este era una especie de vasija hecha de barro, en la cual se echaba la sustancia a purificar, mediante el vapor. Los tribikos o alambique de tres cabezas, servían principalmente para separar las sustancias de líquidos, permitiendo recoger el destilado de tres puntos a la vez. No se tiene exactitud sí fue María quien lo creó, pero sí se le atribuye, ya que fue ella la primera alquimista en describir cómo funcionaba, esto en base a los textos de Zósimo. Este invento lo empleó especialmente para obtener agua de azufre, aunque debe señalarse que en su época se denominaba así a cualquier elemento inflamable, por lo que realmente se cree que esto fue más amplio. 

Kerotakis

Kerotakis invencion

Este es probablemente el invento más importante de María la Judía. Su función principal es calentar sustancias para luego recoger sus vapores. Este aparato era un recipiente hermético que estaba compuesto por varias partes que debían sellarse al vacío. Particularmente, esta mujer alquimista estudió los efectos de los vapores del arsénico, el mercurio y el azufre, que son de las sustancias más importantes en la alquimia. 

Por otra parte, el Kerotakis era la paleta triangular que usaban los artistas para mantener calientes sus mezclas de cera y pigmentos. María también la usó para ablandar metales e impregnarlos de color. El vapor se condensaba en la parte superior del cilindro y el líquido volvía a caer, por lo que esto se conoce como efecto de reflujo continuo.  Además de esto, El Kerotakis también se usaba para la extracción de aceites de plantas, como la famosa agua de rosas que se usa hoy en día.

El Baño María

baño maria de la primera mujer alquimista

Esta es una técnica aún usada actualmente, tanto en las operaciones de laboratorio químicos y farmacéuticos, como en procesos industriales y domésticos. Es un proceso muy sencillo, pero que demuestra el gran pensamiento de María la Judía. Este proceso consiste en introducir un recipiente en otro de mayor tamaño que, a su vez, contiene agua en ebullición y se utiliza cuando se quiere calentar otra materia o sustancia de forma indirecta y uniforme. Esta mujer alquimista utilizaba este proceso para, por ejemplo, para destilar sustancias volátiles o aromáticas y para evaporar extractos. ​

Hasta aquí ha llegado nuestra aproximación a la historia de María Judía, una gran mujer alquimista que sobrevivió muchos años en la historia y aún hoy nos sorprenden sus grandes ideas y pensamientos. Cuéntanos en los comentarios, si ya conocías a esta mujer y qué opiniones tienes sobre ella. Nosotros, por nuestra parte, estaremos encantados de leerte. Y, por cierto, si te ha gustado este artículo, quizá te pueda interesar el post: Mujeres científicas que debes conocer.