Podemos imaginarnos cómo podría ser el bebé ario perfecto: rubio, de tez blanca, de radiantes ojos azules y mejillas rollizas y coloradas como manzanas. En el imaginario nazi, la aria era la raza superior a la que ellos, por supuesto, pertenecían.
Josep Goebbels quiso afincar en la mente alemana ese estereotipo, y organizó un curioso concurso para escoger al bebé ario que habría de quedar como exponente de la superioridad racial. Pero un pequeño detalle se le escapó…
Cuando los nazis escogieron al bebé ario perfecto y… era judío
Estamos en el período de entre guerras en Alemania. Hitler acaba de ascender al poder y las muestras de antisemitismo han comenzado a proliferar a lo largo y ancho del país teutón. Para enfatizar las diferencias y mostrar a Alemania cómo era un perfecto bebé ario, a Josep Goebbels –el ministro de propaganda nazi– se le ocurrió promover una especie de concurso entre los mejores fotógrafos del país, pidiéndoles que presentaran diez fotografías cada uno de bebés con los rasgos que se suponía debería tener el niño perfecto. Goebbels en persona escogería a aquel bebé que mejor representara lo que tenía en mente.
Era el año 1934. Una joven pareja de cantantes judíos letones se había afincado en Berlín desde 1928, y trabajaban en la Casa de la Ópera; pero con el tiempo y el antisemitismo creciente, y al conocer su verdadero nombre –Levinson–, los de la Ópera decidieron cancelar el contrato de la pareja. Con poco dinero y viviendo en un pobre apartamento, nació en mayo del 34 una hermosísima niña, Hessy, que sería conocida en todo el país.
A los 6 meses, la madre decidió llevarla al mejor fotógrafo de Berlín, Hans Ballin, para tomarle una foto a su bella nena. Cuál no sería su sorpresa al enterarse, algún tiempo después, de que aquella foto recorrería Alemania entera, estaría en postales, revistas, vallas, ¡como la representación del perfecto bebé ario!
Asustada, fue a hablar con el fotógrafo, pues él sabía que aquella niña no era alemana, era judía. “Sí, yo lo sabía. Pero quería poner en ridículo a los nazis. Cuando me pidieron fotografías de los bebés más hermosos para demostrar la superioridad nazi, decidí enviar la fotografía de su bebé entre las otras. Verá, quise permitirme el placer de esta broma, y ya ve usted, de entre todos los bebés, escogieron a la suya como el bebé ario perfecto”.
Esta broma trascendió a toda Alemania. Hessy aparecía en todas partes, incluso en la muy famosa revista Sonne ins Haus (Sol en la casa) que circulaba en todo el país con reportajes y fotografías de Hitler, y los padres, terriblemente asustados por las amenazas de la Gestapo contra todos los judíos, se vieron obligados a huir a Letonia, París y Cuba, para finalmente quedarse en Nueva York.
Cuando cumplió 80 años, en 2014, Hessy contó su increíble historia en el Museo del Holocausto Yad Vashem de Israel, y donó la vieja revista con su fotografía de cuando era una bebé. “Siento una pequeña satisfacción con todo esto. Fui el perfecto bebé ario. Ahora puedo reírme, pero si los nazis hubiesen sabido quién era yo realmente, no habría vivido para contarlo”.
Eventualmente los nazis se enteraron de su error, y discretamente recogieron todas las pruebas de su increíble equivocación al escoger como el bebé ario perfecto a uno de raza judía. Es una muestra de lo iguales que podemos ser los seres humanos ante nuestros propios ojos si no nos empeñamos en marcar las diferencias.
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