En un país con una economía creciente y moderna, en constante evolución, el índice de desempleo no es muy alto, pero hay un grupo de personas en Corea del Sur a quienes se les hace muy difícil encontrar trabajo: los calvos.
¿Porqué resulta difícil para los calvos encontrar trabajo en Corea del Sur?
Para el señor Kwon, encontrar trabajo se ha convertido en una auténtica batalla. No se trata de deficiencias de que existan deficiencias en sus cualificaciones o de una mala actitud hacia su oficio, el problema radica en su apariencia: es calvo.
Kwon es un treinteañero y reside en la capital de Corea del Sur, la moderna ciudad de Seúl. En mayo de 2016, respondió por correo electrónico a una oferta de trabajo publicada por un elegante hotel de 5 estrellas. Las responsabilidades del puesto eran guiar a los huéspedes durante un evento anual, servirles a la hora de la cena y colaborar en la limpieza.
El señor Kwon recibió encantado una respuesta positiva a su petición, por parte del gerente del hotel. Además, se le pidió llevar un «corte limpio», haciendo referencia a cómo debía lucir su cabello. Cuando el trabajador se presentó a la hora indicada en el hotel, el gerente se mostró molesto y lo despachó, acusándolo de no cumplir con la instrucción que le dio anteriormente por correo, acerca de su cabello-
Como sabes, no hay forma posible de que Known luzca ninguna clase de corte de cabello, al menos con su pelo natural.
Tras verse afectado por esta inesperada y extraña discriminación, este trabajador se dirigió a la Comisión Surcoreana contra la Discriminación. Ante esta instancia, el hotel se defendió diciendo que consideran inadecuado contratar personas calvas para atender a sus clientes, pues estos pueden molestarse. No obstante, la Comisión no dio por válida esta excusa y dictaminó que esta premisa representaba un acto discriminatorio.
Los hombres con calvicie aparente llevan un estilo llamado «código de barras» que en Japón y Corea del Sur son blanco de burlas por ser considerado un signo de envejecimiento.
Muchos hombres de este país asiático temen perder el cabello a una temprana edad por miedo a ser ridiculizados, discriminados profesionalmente o encontrare con que les es imposible hallar una pareja para casarse.
La percepción negativa de la calvicie en este país es tan grande que alimenta un gran mercado, tanto para hombres como para mujeres. Las ganancias de productos relacionados con este problema sumaron 3.000 millones de wons en 2015 (aproximadamente 2,4 millones de Euros) y en 2016, el número de personas que reciben tratamiento aumentó en un 4,8% por año, según la valoración del Servicio de Seguridad Social. El 30% de los pacientes son hombres de entre 30 y 50 años.
Para alivio de los afectados, cada vez hay más productos para luchar contra esta condición, aunque, ¿no sería mejor acabar antes con el problema de la discriminación? ¿A qué persona podría molestarle que le atendiera alguien calvo?
Si bien tratar esta condición es importante, pues como sabemos puede tener efectos psicológicos en quien la padece, también es esencial atajar estas consideraciones negativas alrededor de la calvicie. Cualquiera podría padecerla y juzgar a alguien por su aspecto fisico, no sólo es algo negativo, sino que demuestra poca inteligencia. ¿Alguna vez has juzgado a otra persona por su ropa, peinado o rostro, para luego descubrir que esta primera impresión era totalmente errónea? Terminemos con discriminaciones absurdas.
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Imágenes: kaicho20/markusspiske