Al igual que sucedía en otras muchas culturas de la antigüedad ser niño en el Imperio Inca, era lo peor que a una persona le podía ocurrir, una etapa que aunque relativamente corta era intensa y podía acabar drásticamente en cualquier momento antes de llegar a los 5-9 años. ¿Quieres saber cómo era la niñez en el mítico Imperio Inca?
La terrible realidad de ser niño en el Imperio Inca
El nacimiento de un niño en el Imperio Inca era un acontecimiento muy bien recibido, pero la crianza de los niños era otra cosa… Pues los pequeños eran utilizados frecuentemente para honorar a los dioses, siendo cruelmente sacrificados, envenenados con alcohol y hojas de coca para dejarlos en la montaña abandonados a su suerte, que terminaba siendo la muerte por congelación. Así se han descubierto cantidad de pequeñas e inocentes momias que nos permiten conocer mejor a este misterioso pueblo. Pero lo más llamativo de todo esto es que sus familias no vivían este suceso como una desgracia, sino más bien como todo lo contrario, era un privilegio que se celebraba por toda la comunidad con fiestas.
Tras el nacimiento y durante los primeros años de vida los niños permanecían al cuidado de sus madres que los llevaban consigo a todas partes, como si de un atuendo se tratase, por lo general atados al cuerpo con unas telas y para consolarlos cuando los pequeños lloraban los bañaban en las aguas heladas de los torrentes, así o se callaban o morían. Más o menos cuando se producía el destete, alrededor de los dos años de edad, se celebraba el Rutuchicoy una especie de “bautizo” donde se le imponía el nombre al niño y se le cortaba por primera vez el pelo.
Desde este momento y hasta la pubertad, los niños de las familias humildes colaboraban en los oficios de sus padres con tareas como el cuidado de los animales para los chicos, o como el hilado para las chicas. Pero si eras hijo de un noble entorno a los ocho años comenzaba el colegio, Amautas, donde recibían formación chicos y chicas, pero, eso sí, sólo las más bonitas. Allí les enseñaban el Quechua, el idioma de los Incas, religión e historia mientras a las chicas se les enseñaba la elaboración de la cerveza artesanal (chicha de jora) y los platos tradicionales.
Todo acaba con la llegada de la adolescencia a los 14 años aproximadamente, entonces se celebra una fiesta en la que los chicos cambian sus vestidos por los de adultos y se encaminaban hacia la montaña donde realizaban un ritual que podía durar tres semanas con el que daban la bienvenida a su nueva vida de adultos.
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