En el espacio hay una forma constante. Las estrellas, los planetas, la luna e incluso el sol son esféricos. Esto ciertamente no es una coincidencia pues todo en el universo tiene su razón de ser. Descubre junto a nosotros el motivo de este curioso hecho.
Este es el motivo de todos esos objetos esféricos en el espacio
Habrás notado que en el espacio la gran mayoría de los objetos celestiales tienen la misma forma esférica. La razón de ser de este hecho se reduce a un simple factor: la gravedad.
Todos los átomos de un objeto se mueven hacia un centro de gravedad común y son resistidos hacia el exterior por cualquier fuerza que los mantenga separados. El resultado final podría ser una esfera, pero no siempre.
Para entender esto, podemos imaginarnos un vaso de agua. Si pudieras ver las moléculas individuales empujándose, las verías tratando de encajar tan cómodamente como pudiesen dentro del recipiente, haciendo que la parte superior del agua se alisara y luzca uniforme.
Imagina un planeta hecho enteramente de agua. Si no hubiera vientos, sería perfectamente liso. Las moléculas de agua en el polo norte tirarían de las moléculas en el polo sur. Mientras que las moléculas de la izquierda empujarían hacia la derecha. Con todos los puntos tirando hacia el centro de la masa, se obtendría una esfera perfecta.
La gravedad y la tensión superficial ejercen fuerza de atracción hacia adentro, y las fuerzas moleculares empujan hacia afuera. Si pudieras sostener esta gota de agua masiva en un ambiente donde permaneciera imperturbable, en cierto momento el agua alcanzaría un equilibrio perfecto. Esto se conoce como «equilibrio hidrostático».
Objetos celestiales como las estrellas, planetas y lunas pueden ser de gas, hielo o roca. Con suficiente masa en un área, la gravedad tirará de todos esos elementos hasta alcanzar una forma aproximadamente esférica. Los objetos menos masivos, como los asteroides, los cometas y las lunas más pequeñas, tienen menos gravedad, por lo que no pueden convertirse en esferas perfectas.
La mayoría de los cuerpos celestes giran en un eje y en realidad no son esferas perfectas. Una rotación rápida aplana el centro y los hace más anchos a través del ecuador que de polo a polo. La Tierra es un ejemplo perfecto de esto, y llamamos a su forma un esferoide oblato.
Júpiter es aún más aplastado porque gira más rápidamente. Un día en Júpiter es corto, con 9,9 horas de duración. Lo que le deja una esfera imperfecta distorsionada de 71.500 km a través del ecuador y sólo 66.900 km de polo a polo.
Las estrellas son similares. Nuestro Sol gira lentamente, por lo que es casi una esfera perfecta, pero hay estrellas por ahí que giran muy, muy rápidamente. VFTS 102, una estrella gigante en la nebulosa Tarantula, está girando 100 veces más rápido que el Sol. Más rápido y se desgarraría a causa de las fuerzas centrípetas.
Los objetos tienden a formar esferas. Si son lo suficientemente masivos, superarán a las fuerzas que lo impiden. Pero si están girando con la demasiada rapidez, se aplastan hasta convertirse en discos.
¿A ti también te ha asombrado que la gravedad sea la responsable de la forma de tantos cuerpos esféricos del universo?
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Imágenes: asWortgewand/ PIRO4D