En la Antigüedad, el entretenimiento era una parte importante de la vida social del imperio romano. Fastuosos espectáculos y luchas se presenciaban en el coliseo. Enormes banquetes y festines eran disfrutados por los poderosos, al punto de hacerse popular la creencia (luego desestimada) de tener un vomitorium, un lugar donde poder vomitar y seguir comiendo. En resumen, el placer y la diversión eran asunto vital. Entre las varias formas de espectáculos, destacaban las carreras de carros, las cuales más que emocionantes shows, eran unas herramientas políticas que usaban para agraciarse con el pueblo. Descubre más sobre esta popular práctica.
Los espectáculos de la Antigua Roma: las carreras de carros de caballos
Si había algo que amaba a la gente romana era el entretenimiento y la oportunidad de escapismo ofrecidos por espectáculos públicos extraños y maravillosos que asaltaban los sentidos y aceleraban las emociones.
Esto era algo que los gobernantes romanos conocían a la perfección y lo usaban para así aumentar su popularidad y prestigio con la gente, armando lujosos y espectaculares espectáculos en lugares construidos a través del imperio para este solo propósito.
Lugares tan famosos como el Coliseo y el Circo Máximo de Roma eran escenario de eventos relacionados con procesiones magníficas, animales exóticos, batallas de gladiadores, carreras de carros, ejecuciones e incluso simulacros de batallas navales.
Las más prestigiosas carreras de carros de caballos se celebraron en el Circo Máximo de Roma, pero en el siglo III d.C. otras ciudades importantes como Antioquía, Alejandría y Constantinopla también tenían circos con los que acoger estos eventos espectaculares, que llegaron a ser, si acaso, más populares en los últimos años del imperio.
Las carreras en el Circus Maximus probablemente involucraron un máximo de doce carros, organizados en cuatro facciones o cuadras de carreras -azules, verdes, rojos y blancos- que la gente seguía con una pasión similar a la que tienen los aficionados al deporte hoy en día. Las rivalidades entre equipos incluso rayaban en el odio, de acuerdo a lo evidenciado en las tablas de plomo con escritos que maldecían a caballeros específicos y las apuestas, sin duda, eran una gran parte de la actividad.
Diferentes tipos de carreras podían requerir más habilidad técnica de los aurigas -los conductores de los carros-, tales como carreras con equipos de seis o siete caballos o usando caballos desenyugados. El emperador Nerón incluso corrió con un equipo de diez caballos, pero fue arrojado de su carro.
Hubo carreras en las que los corredores competían en equipos y las carreras más esperadas de todas eran las reservadas únicamente para los campeones. Los corredores de éxito podían hacerse ricos desempeñando este deporte. Uno de los más famosos fue Gaius Appuleius Diocles que ganó 1463 asombrosas carreras en el siglo II d.C.
En el período imperial, el circo también se convirtió en el lugar en el que un romano tenía más probabilidades de tener contacto con su emperador y, por lo tanto, los gobernantes no tardaron en aprovechar las ocasiones para fortalecer su control emocional y político sobre el pueblo organizando shows inolvidables .
Este deporte perdió importancia en Occidente después de la caída de Roma. Sobrevivió por un tiempo en el imperio bizantino, donde las facciones romanas tradicionales siguieron desempeñando un papel prominente por varios siglos, ganando influencia en asuntos políticos. Su rivalidad culminó en los disturbios de Nika, que marcaron el declive gradual del deporte.
¿Qué te ha parecido descubrir más de las carreras de carros? Sin duda, las vivían con tanta pasión como hoy en día se siguen los deportes más populares y mediáticos.
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