Es posible que uno de tus recuerdos de infancia sea tu madre diciendo: «Te compro esta chaqueta una talla más grande, así también la podrás usar el año que viene». Los niños no dejan de crecer, pasa el tiempo y, poco a poco, incluso la que fuera su camiseta favorita termina quedándoles pequeña. ¡Y qué decir de los zapatos! Aunque a veces llegábamos a destrozarlos por el uso, había ocasiones en que simplemente nuestros pies ya no cabían en ese calzado. ¿Qué hacíamos? Pedir a nuestros padres un par nuevo. Desgraciadamente, hoy en día hay muchos niños que no tienen esta opción. Por eso… ¿no te parecería interesante que existieran unos zapatos que crecen?

Los zapatos que crecen con el niño, que solucionarán un gran problema de los países en desarrollo

La triste realidad de unos niños cuyos progenitores no pueden permitirse calzado nuevo fue con la que Kenton Lee se encontró cara a cara, mientras estaba trabajando como voluntario en Kenia.

Estaba hablando con una pequeña cuando se fijó en que había cortado la parte delantera de sus zapatos y sus pies sobresalían, hasta el punto que sus deditos tocaban perfectamente el suelo. ¡Había roto el calzado porque era muchas tallas menor de lo que ella necesitaba y de otro modo sus piececitos no cabían en él!

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Lo peor es que el de esa niña no era un caso único: había muchas más criaturas de todas las edades en la misma situación.

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Rápidamente llegó a la raíz del problema: no podían permitirse un par de zapatos nuevos, así que o usaban los que les iban pequeños, adaptándolos como podían, o debían ir descalzos.

El problema de ir descalzo

Kenton se percató, además, de que el hecho de llevar unos zapatos rotos o ir descalzo no sólo minaba la autoestima del niño en esa situación, sino que también veía perjudicada su salud.

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Al caminar con el pie desnudo es fácil hacerse pequeños cortes, si además el terreno es agreste, las posibilidades de que esto ocurra se multiplican drásticamente. Estas heridas no sólo son una fuente de infecciones, pues están en contacto constante con suciedad, sino que además también atraen a parásitos que se cobijan en la piel del ser humano, para habitar en su carne, lo que puede ser un grave problema para la salud de sus anfitriones, pasado el tiempo.

Así, Kenton decidió que aquella situación no podía seguir, debía encontrar un modo de que aquellos niños pudieran calzarse unos zapatos que los alejaran de aquellos peligros, que podían poner en riesgo su vida.

La idea de los zapatos que crecen

Finalmente, el joven tuvo una idea:

¿Y si existieran un par de zapatos que pudieran ajustarse y expandirse -de modo que los niños siempre tuvieran un calzado que fuera de su talla-?

Kenton, de vuelta en los EE.UU., decidió presentar su concepto «el zapato que crece» a distintas empresas que creasen calzado, al fin y al cabo él no sabía nada de zapatos.

Al principio nadie parecía interesado, pero el joven no se rindió.

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El 1er prototipo de los zapatos que crecen con el niño

Decidió que la mejor forma de hacer realidad su iniciativa era juntar a un pequeño equipo. Entonces, empezaron a crear distintos prototipos. Finalmente, una compañía de desarrollo de calzado llamada «Proof of Concept», de Portland (Oregon, EE.UU.) les prestó atención y se convirtieron en los socios perfectos para diseñar su nuevo calzado.

El resultado fue este:

Tal como explicó Kenton, el objetivo era la durabilidad más que la estética del diseño, de modo que es básicamente un calzado funcional. Este se adapta al tamaño del pie con las distintas posiciones de las tiras y se puede ir cambiando, a medida que la extremidad crece.

Lo que han conseguido es un zapato que crece hasta 5 tallas y que dura 5 años.

Crearon la empresa Because International, basada en este proyecto, y están haciendo llegar este calzado a niños de todo el mundo: de Kenia, Ghana, Ruanda, Uganda, Nicaragua, Guatemala, Perú, Colombia, Vietnam y Laos. ¡Y ojalá sigan expandiéndose!

El futuro de los niños del tercer mundo mejorado gracias a estos zapatos

Hay casos realmente inspiradores, que deberían animar a Kenton Lee, como el de Ludi.

Ludi es una niña de 12 años, que vive en Haití y pertenece a una familia de 5 hermanos. ¿Su sueño? Llegar a ser profesora.

Su familia es muy pobre, hasta el punto que comer una vez al día, a veces parece algo imposible de lograr. El calzado tampoco es algo fácil de conseguir. Ludi ha pasado temporadas en las que se ha visto obligada a ir descalza o a usar un calzado que no le cabía, intentando proteger sus pies en los 8 kilómetros que debe caminar para llegar al colegio.

Cuando iba descalza no podía entrar al colegio, pues los zapatos son un requisito básico en el uniforme del colegio. Perdía clases y se alejaba la posibilidad de alcanzar el sueño de ser profesora. No obstante, los zapatos que crecen llegaron a su vida: ahora protegen sus pies de las largas caminatas, cuidan su salud y le permiten a asistir a clase.

Los zapatos que crecen le dan una oportunidad de futuro a Ludi y a muchos otros niños.

Más sobre los zapatos que crecen de Because International

Un par de zapatos que crecen cuestan 15$ y es posible comprarlos para llevarlos tú mismo a un país en desarrollo, donar dinero para hacer llegar este calzado o trasladar los zapatos de otros, aprovechando tu viaje a uno de los países que los necesitan.

¿Dónde producen estos zapatos?

La producción empezó en China, donde la empresa pudo crear muchos zapatos, con una buena calidad y a un precio asequible. Más tarde, se expandieron a EE.UU. y hoy en día este calzado se produce no sólo en los lugares en los que necesitan los zapatos, sino también en aquellos que requieren de fuentes de trabajo urgentes. Así, hoy también están creándose en Etiopía, para hace llegar el calzado que crece al Este de África y se contempla la posibilidad de realizarlos también en Haití.

El objetivo es expandirse a otros países, ayudando también en el aspecto laboral.

Sin duda, este es un proyecto que, a partir de una idea muy simple, está logrando ayudar a muchísimos niños que han visto su calidad de vida mejorada. ¡Ojalá suponga muchísimas nuevas oportunidades!

Encuentra la web de «The Shoe That Grows» –> aquí

Como ves, el ser humano también es capaz de aplicar su creatividad a iniciativas muy positivas.

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