Desde la antigüedad, diferentes culturas han querido conservar los cuerpos de sus difuntos para preservarlos de la putrefacción. Egipcios, incas, guanches y muchos otros pueblos utilizaron sustancias químicas, especialmente bálsamos o resinas, junto con otros procedimientos para conservar la integridad de los cadáveres en la medida de lo posible. Actualmente, hemos podido ver en muchas ciudades del mundo una exposición en la que se muestran cuerpos muertos conservados de manera que puedan ser vistos por el público y sirvan para aumentar el conocimiento del cuerpo humano o animal. Esta técnica es la Plastinación, el embalsamado moderno. Los cuerpos expuestos son fruto de donaciones voluntarias, pero para muchos presentan dudas éticas y morales. ¿Ofrecerías tu cuerpo?
La Plastinación, el embalsamado moderno
A finales de la década de 1970, Gunther von Hagens, anatomista alemán, patentó un sistema para preservar cuerpos, partes de cuerpos o cualquier material biológico, al que llamó plastinación.
En la plastinación se extraen del cuerpo el agua, los lípidos y otros líquidos corporales y son sustituidos por resinas tanto elásticas como rígidas. El resultado son especímenes que pueden ser tocados, no huelen y no se deterioran ni se mantienen en determinadas condiciones. Se puede hacer una plastinación por hojas o «tajadas» o de cuerpo o partes completas. Para plastinar un cuerpo entero se necesitan más de 1.500 horas de trabajo.
El proceso de plastinación tiene cuatro fases:
1. Fijación
Se introduce en las arterias una solución de formalina que mata las bacterias que causan la descomposición. Con procedimientos de disección se elimina el tejido conjuntivo y la grasa.
2. Deshidratación
Se cambia el agua del cuerpo por acetona ya que ha determinada temperatura de congelación ésta sustituye el agua en las células.
3. Impregnación forzada en vacío
En la tercera fase la muestra o cuerpo se colocan en una baño de un polímero líquido (poliéster, silicona, resina epoxi…), se crea un vacío y a baja temperatura se hace hervir la acetona que al vaporizarse sale de las células y es sustituida por el polímero líquido.
4. Endurecimiento
Una vez las células están llenas de ese plástico líquido se endurece o «cura» con gas, luz ultravioleta o calor, según el polímero líquido utilizado.
El resultado es un espécimen que puede ser manipulado y no necesita ningún sistema de conservación, únicamente deben ser preservados de la luz natural directa y protegidos cuando no estén en exposición. La coloración, aunque en algunos casos se pierde en el proceso, suele mantenerse fiel al natural.
Los especímenes plastinados se utilizan en muchas facultades, especialmente de medicina, odontología y veterinaria, para la enseñanza, como un buen complemento a la disección anatómica y también son expuestos en las exposiciones «Human Bodies the exhibition» que organiza Von Hagens alrededor del mundo desde hace años.
A pesar de que el proyecto de Von Hagens se nutre de voluntarios que han donado su cuerpo para ser plastinado tras su muerte, en muchos círculos como la iglesia católica o los defensores de los derechos de los niños, se plantean dudas morales y éticas, máxime cuando hace unos años saltó el escándalo de la venta de cuerpos de ejecutados en cárceles chinas para la plastinación.
Como veis, este método de embalsamado moderno no está exento de polémica, y tú ¿donarías tu cuerpo para este fin? Si te ha interesado este artículo, quizá quieras leer:
-Cremación: 5 alternativas curiosas después de morir
Imágenes: Plastinanate, Dr. Christoph von Horst,