Si algo hemos aprendido de la historia, es que está escrita por los vencedores. En lo que respecta a la Segunda Guerra Mundial, sobre los Aliados se reseña con heroísmo cómo lograron colapsar a la Alemania nazi y los imperios japonés e italiano, con una capacidad militar y económica sin precedentes. Pormenorizando los hechos crudos que nos llevan a reflexionar lo siguiente: en los conflictos bélicos no existe tal cosa como un enfrentamiento entre el bien y el mal.
Después de todo, es en la guerra cuando el lado más brutal y oscuro del ser humano mina los campos de batalla…como cuando las tropas americanas llevaron a casa cráneos de japoneses mutilados, de trofeos.
Los cráneos de japoneses mutilados por tropas americanas
El ataque sorpresivo ejecutado por la Armada Imperial Japonesa contra la base naval de los Estados Unidos en Pearl Harbor, el 7 de diciembre de 1941, motivó al país norteamericano a participar en la Segunda Guerra Mundial y declararle la guerra a la potencia asiática del Eje. En esta ofensiva murieron 2403 estadounidenses y fueron destruidas 188 aeronaves. Con ello, la venganza tomaría dimensiones macabras.
La ira del pueblo estadounidense hacia el Imperio Japonés se armó de vigor con las acciones de las tropas americanas durante el enfrentamiento de ambos bandos en el Teatro del Pacífico. Algunos miembros del Ejército de los Estados Unidos iniciaron una infame campaña de deshumanización, basada en recolectar dientes, huesos, orejas y cráneos de japoneses que cayeron muertos durante el combate; como quien caza un animal salvaje y conserva una pieza de la criatura para ser exhibida como trofeo.
Los cráneos de japoneses mutilados eran, sin duda, los trofeos de guerra predilectos. La práctica fue tan extendida que, según cuentan los registros históricos, 60% de los soldados nipones, muertos en las Islas Marianas, fueron despojados de sus cráneos. La manera en la que las tropas americanas las extraían eran horripilantes. Una vez que les desprendían la cabeza, quitaban la carne de la estructura ósea con técnicas difíciles de describir sin sentir escalofríos. Sin importar qué, posaban orgullosos sosteniendo las calaveras de los enemigos, llegando incluso a regalarlas a allegados y familiares.
Los medios de comunicación no se quedaron atrás con la promoción de la deshumanización japonesa, refiriéndose a ellos abiertamente como “parásitos amarillos” o “ratas”. Y no solo esto, en medios impresos como Life Magazine, publicaban historias y caricaturas sobre soldados que regalaban cráneos de japoneses mutilados a sus novias, como muestra de amor, en aras de buscarle el lado ‘rosa’ a estos trofeos de guerra. En contrapeso, la prensa japonesa acusaba a los norteamericanos de ser “primitivos, racistas e inhumanos”.
Y ciertamente, según analizan algunos historiadores, puede que el ataque de Pearl Harbor agudizase esta aversión hacia los japoneses. Pero el racismo, aquella ideología con la que el nazismo encendió la Segunda Guerra Mundial, fue la causa máxima para que se cometieran atrocidades dirigidas exclusivamente a esta etnia.
¿Qué ocurrió después? El miedo a que el Imperio Japonés repitiese los mismos actos con las tropas americanas abocó al gobierno de los Estados Unidos a condenar estos hechos. Llegando incluso a amenazar con la pena de muerte a quienes usaran los cráneos de japoneses mutilados como trofeos de guerra, repatriar los restos, sin que esto surtiera mayor efecto, porque dicha ‘tradición’ se mantuvo activamente hasta la guerra de Vietnam.
Y tú qué opinas, ¿se trató de venganza o más bien de un asunto racial?
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Imágenes: Wikipedia, PicturesHistory, RareHistoricPhotos.