En Supercurioso ya hemos recordado, aunque tangencialmente, eventos relacionados con la Segunda Guerra, y las víctimas que sigue provocando este conflicto justamente cuando se cumplen setenta años de su conclusión casi apocalíptica, con niveles de destrucción y muerte difícilmente superados en otros momentos de la historia humana.

En 1945, con la toma de Berlín, la detonación de las bombas nucleares y la ocupación y destrucción de Alemania y Japón la guerra oficialmente terminó, pero las víctimas continuaron.

Precisamente este mes de abril de 2015, cuando se reocordó la muerte de Hitler, la liberación de los supervivientes de los campos de concentración y la derrota de Alemania, ha fallecido una de las voces literarias y éticas más importantes de la Europa del siglo XX, y posiblemente una de las últimas bajas importantes de esta guerra: Günter Grass.

Construyendo una vida y una obra

Grass nació en Dánzig en 1927, y al igual que la tierra donde creció, se debatió entre Alemania y Polonia, entre el catolicismo polaco y el protestantismo alemán, representados por su padre alemán y su madre polaca.

A los diecisiete años participó en los estertores de la segunda guerra, cuando Hitler recurrió a niños y ancianos como última defensa; después de la guerra estudió dibujo y escultura, aunque se daría a conocer como narrador, y sería como novelista la manera en que se haría acreedor, entre otros premios, al Nobel de Literatura, en 1999, y al Príncipe de Asturias.

dibujo grass

Al mismo tiempo, fue una figura pública y controversial, siempre en defensa de los avances democráticos en Alemania ante los ataques que venían de la derecha y de la izquierda; en su momento, se opuso al modo como se realizó la reunificación de Alemania y, finalmente, en 2006 enfrentó a su mayor enemigo: su pasado.

La guerra cobra una nueva víctima

En las primeras páginas de su autobiografía, Pelando la cebolla, Grass afirma que al recuerdo “le gusta jugar al escondite como los niños. Se oculta”. Pero eventualmente sale a la luz, sobre todo si se guardaba como secreto y eres una figura pública. En este libro, Grass reveló uno que había mantenido oculto por más de sesenta años: su papel en la guerra.

Último recurso de Hitler, adolescentes a la guerra
Último recurso de Hitler, adolescentes a la guerra

En entrevistas y testimonios anteriores había dejado ver que su papel en el conflicto fue actuar como miembro de la milicia y auxiliar de artillería. Sin embargo, en este libro revela que fue miembro de la Waffen-SS (grupos selectos de militares pertenecientes al partido nazi), y aunque sólo tenía diecisiete años, esta confesión fue utilizada por sus críticos para atacar toda su vida y su obra, y hasta llegó a hablarse de la posibilidad de que devolviese el Nobel.

Al entrar como voluntario a las SS, a pesar de su juventud, Grass se convirtió en un blanco fácil tanto de conservadores como de radicales, demoliendo su supuesta posición de “conciencia moral de Alemania”, y poniendo en entredicho sus posturas de toda una vida. El joven SS de 1945 destruyó al escritor, pintor, ensayista, dramaturgo y poeta de 2006.

Por un tiempo, el autor de El Rodaballo y La Ratesa, debió retirarse de la vida pública y su prestigio quedó seriamente averiado.

Sobre este escándalo otro Nobel, Mario Vargas Llosa, que había polemizado con Grass en años anteriores (por la postura de este último a favor de Cuba y en contra de los Estados Unidos), declaró a los periódicos alemanes en 2006:

“¿Afecta lo ocurrido a la obra literaria de Günter Grass? En absoluto. En la civilización del espectáculo que nos ha tocado vivir, este escándalo que parece ahora tan descomunal será pronto reemplazado por otro y olvidado. Dentro de pocos años, o incluso meses, ya nadie recordará el paso del escritor por la Waffen-SS y, en cambio, su trilogía novelesca de Danzig, en especial El tambor de hojalata, seguirá siendo leída y reconocida como una de las obras maestras de la literatura contemporánea.”

Ciertamente, es probable que las historias y personajes de este autor sobrevivan a la historia trágica del joven Günter Grass, aunque la polémica continúe rodeando a este hombre extraordinario por varios años más.

Si te interesa el tema literario y sus juicios, no puedes dejar de leer sobre el año en que enjuiciaron a dos autores, Flaubert y Beaudelaire.