Tendemos a mirar hacia la Edad de Oro de Hollywood como un tiempo que era más elegante y, a la vez, más inocente. En parte lo fue: El famoso y muy debatido Código de Producción atenuó muchos de los comportamientos en pantalla, y las estrellas interpretaban papeles menos sexualizados. Como sabes, hoy en día, las mujeres en Hollywood batallan por eliminar la brecha salarial entre hombres y mujeres y por terminar con la escasez de roles complejos, de lo que quizá no estabas al tanto es que tampoco era fácil para las estrellas femeninas del viejo Hollywood. Ellas se enfrentaron a algo que hoy nos cuesta asimilar, procediendo de la propia industria: abortos forzados.

La secreta y obligada práctica de abortos del Hollywood clásico

Según una historia reciente publicada en Vanity Fair, estrellas femeninas como Bette Davis, Judy Garland o Joan Crawford pagaron un alto precio por darnos todos esos momentos memorables que conforman la historia del cine.

El artículo está lleno de historias dolorosas sobre las mujeres que en público parecía poderosas y con el control de sus vidas, pero que en privado fueron presionadas o incluso obligadas a abortar a unos hijos que quizá si hubieran deseado criar.

Cabe señalar que, como ahora, los chismes de Hollywood no siempre eran fidedignos o procedían de fuentes fidedignas, pero la mayoría de estas historias fueran contadas por las mismas actrices, entre ellas: Judy Garland, Jean Harlow, Bette Davis y Ava Gardner.

Pero, ¿cómo conseguir que estrellas tan fácilmente reconocibles, pasaran por estas intervenciones y mantenerlo en el más absoluto secreto? Las actrices acudían al hospital con la excusa de padecer una supuesta enfermedad o haber sufrido una lesión, para que les realizasen el procedimiento y, así, poder volver a la pantalla grande con su «reputación» intacta y, por supuesto, el mismo potencial para hacer dinero.

La imagen lo era absolutamente todo, e incluso aunque fueras una mujer casada, un bebé podía estropearla. Las expectativas eran tan altas y tan contradictorias que ninguna mujer viva podía enfrentarse a ellas sin ser rechazada: tenían que ser al mismo tiempo accesibles y sofisticadas, duras y dulces, sensuales y virginales.

Por encima de todo eso, tener un bebé significaba tomar tiempo libre en el trabajo a corto plazo y dividir lealtades a largo plazo. Así que las mujeres fueron en mucas ocasiones obligadas a abortar.

Según los escritores de Vanity Fair, Marcie Bianco y Merryn Johns, en aquel entonces era más fácil acceder al aborto en Hollywood. «Más facil que lograr una aspirina» en muchas partes de los Estados Unidos de hoy. Los poderosos jefes de estudio -hombres, claro-  que dirigían la industria se aprovecharon de tales facilidades para dictar lo que sus preciadas estrellas podían hacer con sus cuerpos. A menudo, las estrictas «cláusulas de moralidad» que prohíben el embarazo incluso fueron escritas en sus contratos, explican Bianco y Johns. La maternidad era una amenaza para los cuerpos de las estrellas, el atractivo sexual y la imagen pública, lo que significaba un menor número de taquillas.

Es difícil lidiar con la verdad de que tras escenas de películas que moldearon nuestra cultura e incluso nuestras vidas, existen tales sordidez y abusos. ¿No es cierto que cuando hablamos del viejo Hollywood, suele ser -irónicamente- con nostalgia por el glamour de los días pasados? Como ves, poco había en realidad de toda esa elegancia y pulcritud. El interés económico mandaba y nada ni nadie podía interponerse en el camino hacia este.

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Imagen: La tentación vive arriba, El Mago de Oz(c) Can Stock Photo / fahrner