Si la Enciclopedia Británica no se equivoca el inodoro fue inventado por un cortesano de Isabel I de Inglaterra llamado Sir John Harington. Desde que este caballero ideara el artilugio precursor de lo que hoy conocemos como W.C., hay algo que no hacemos bien al utilizar el servicio según los médicos. ATENCIÓN: Hay algo que estás haciendo MAL al defecar. ¿Qué es?

ATENCIÓN: Hay algo que estás haciendo MAL al defecar

En la cultura occidental, desde el siglo XIX, la mayoría de las personas se sientan al defecar. Anteriormente, el inodoro inventado por Sir John Harington, era de uso exclusivo de la realeza y la nobleza, pero a partir de ese siglo se adoptó como símbolo de civilización. En  África, Asia, Oceanía y una parte de Sudamérica, durante mucho tiempo más se ha seguido con la costumbre de evacuar los intestinos en cuclillas. Si te fijas en los niños, su primera intención es acuclillarse para evacuar, se colocan en la postura que les parece más natural, y eso es lo que hacemos mal al defecar: sentarnos.

ATENCIÓN: Hay algo que estás haciendo MAL al defecar

Según los proctólogos, si siguiésemos yendo al baño en cuclillas nos evitaríamos muchísimos problemas como son las hemorroides, estreñimiento, colon irritable e incluso ataques de corazón. El motivo es el ángulo en el que quedan el recto y el ano.  En un inodoro, el abdomen y las rodillas forman un ángulo de 90º, se crea una tensión que presiona el músculo pubo-rectal y dificulta la evacuación. Si la persona está en cuclillas no hay curva y la defecación es más fácil. El músculo pubo-rectal es el que el organismo utiliza para la continencia, en cuclillas queda relajado y no bloquea la salida. Si se está sentado, es necesario hacer presión y esta fuerza es una de las principales causas, por ejemplo, de las hemorroides. El Dr. Michael Freilich, experto en la temática, lleva años aconsejando este sistema para mejorar la salud general del individuo.

ATENCIÓN: Hay algo que estás haciendo MAL al defecar

Entre las ventajas de este sistema está el procurar una evacuación más completa, consiguiéndose así que no queden restos llenos de toxinas; la protección de los nervios de la vejiga, próstata y útero, que de esta manera no sufren estiramientos o, en el caso de mujeres embarazadas, evitaría que se presionase el útero al ir al baño.

Para solucionar este problema existen diversos métodos que se pueden adaptar a nuestros sanitarios habituales o incorporar, cuando salgan al mercado, uno de los nuevos modelos de W.C. que se han diseñado con este fin.

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