Dice una canción romántica que los amores que se tienen en la vida nunca se olvidan, lo cual no es completamente cierto, aunque esta frase podría aplicarse al amor imposible: no olvidamos aquello que nunca fue nuestro, por razones que quizás podamos explorar juntos en este artículo, corriendo el riesgo de despertar pasiones olvidadas, quizás para curarlas de una vez por todas.
Amor imposible, el posible motivo por el que lo vivimos
Todos, o casi todos, vivimos alguna vez un amor imposible, debido a razones tan variadas como las diferencia de edad o de clase social, de estado civil (uno soltero y el otro casado), de barreras geográficas o ideológicas, y no pretendamos agotar aquí todas las razones que pueden otorgar imposibilidad a un amor, y exploremos los posibles motivos que nos han llevado a uno.
Un primer motivo para vivir un amor imposible reposa en nuestra tradición cultural, que al menos desde hace unos 1.000 años promueve las historias de amores rodeados de obstáculos, como el que sentían los caballeros por las damas de la corte (generalmente casadas), y que sin embargo inspiraba aventuras, desafíos y muchísima literatura. Otra pareja emblemática del amor imposible lo ha sido desde el siglo XVII la conformada por Romeo y Julieta, separadas por odios familiares y por un destino cruel. En tiempos más recientes el amor como una experiencia de lucha contra todo ha sido poderosamente cultivado por la literatura amorosa, el cine y las telenovelas, estableciendo el prejuicio de que una historia de amor sin barreras que vencer no vale la pena, o no es amor.
Sin embargo, el amor imposible, el amor que no se realiza, genera sufrimiento, duele, sin impedir que insistamos en ser parte de uno.
Para el psicoanálisis, tras este deseo de vivir un amor imposible están reminiscencias de nuestro pasado infantil, de frustraciones y carencias presentes en nuestro primer gran enamoramiento, el del niño o la niña con sus padres. Estas emociones, escondidas en el subconsciente, volverían a aflorar cada vez que nos involucráramos en una historia de amor imposible.
¿Otras razones por la que querríamos tener un amor imposible? Carencias afectivas, lo que haría que amásemos apasionadamente a cualquiera que nos prestase algo de atención (señal también de una posible baja autoestima); el deseo de alcanzar lo inalcanzable (el valor de una persona se incrementa mientras más difícil de conquistar es); como un modo de evadir el compromiso, enamorándose siempre de personas fuera de alcance.
Quizás debamos aceptar que no siempre es necesario luchar contra todo o enfrentar muchos obstáculos para ser parte de un gran amor, y que a veces un amor imposible tiene buenas razones para serlo: quizás esa pareja no te conviene, o tú no le convengas a ella. En un amor imposible puede haber mucho de obsesión, y hoy en día tu historia romántica, en vez de terminar con un duelo, podría hacerlo con una orden judicial para mantenerte a distancia.
Pero no descartemos del todo la posibilidad de ser parte de los pocos privilegiados a quienes ha tocado en suerte vivir ese extraño y poderoso encantamiento de un amor intenso, e imposible. Y tú, ¿has vivido un amor así?
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