Hansel y Gretel. Puede que también tú hayas crecido con este cuento en la cabecera de tu cama, con la imagen de esos dos niños abandonados a su suerte en un bosque y que, en un momento dado, descubren algo fascinante para todo niño: una casa construida a base de dulces. Un cebo formidable creado por una bruja malvada para poder cometer su terrible acto: devorar a los niños después de cebarlos.

Lo admitimos, el relato es de por sí algo tenebroso. Pero ¿puede llegar a ser aún más terrible la auténtica versión de Hansel y Gretel? Te diremos como adelanto, que es mucho más terrorífica porque lo acontecido pudo ser perfectamente real dado el contexto en que se sitúa la historia. Te invitamos pues, a girar una vez más con nosotros el pomo de estos cuentos infantiles, para descubrir la verdad. La desagradable verdad.

La historia de los hermanos Grimm

El cuento de Hansel y Gretel tiene su origen en tierras alemanas, una historia procedente del medievo que fue recogida y ligeramente «desinfectada» por los hermanos Grimm. Fueron ellos quienes recopilaron el cuento para incluirlo en su publicación de 1812.

Como curiosidad, diremos que la historia fue clasificada como Clase 327 en el sistema Aarne-Thompson. Para aquellos a quienes la madurez haya desdibujado un poco la trama central de Hansel y Gretel, haremos un breve esbozo. Los protagonistas eran hijos de un leñador, y tenían como madrastra a una mujer que, como toda madastra de cuento era tan vil como malintencionada. Fue esta buena mujer quien decidió que, puesto que ya no había medios con los cuales mantenerse, debían abandonar a los niños a su suerte en el bosque. Convenció a su padre y éste, así lo hizo. Pero Hansel, que era un niño listo, decidió marcar con piedras el camino a casa. Y así es como logran regresar… en ese primer intento.

Pero los padres siguen sin aceptarlos -en especial la madrastra- así que en esta ocasión, el padre los lleva aún más lejos. Y Hansel, vuelve a marcar el camino pero esta vez con migas de pan. ¿Resultado? Toda una fatalidad, puesto que los malvados -y hambrientos- pájaros se las acaban comiendo. Los hermanos vagan días y días perdidos por el bosque, hasta que un día, dan con todo un paraíso: una casa construida con azúcar, caramelo y pan de jengibre. Y empiezan a devorarla… ¿Y quién hay en su interior? Una bruja. Una malvada bruja que, cada día, saca un dedo por la ventana para comprobar que los niños han engordado. ¿Con qué finalidad? para comérselos. Pero los niños son listos y le hacen palpar, en realidad, un simple hueso.

Hasta que la bruja, hastiada, los entra en la casa diciéndoles que va invitarlos a comer. A comer algo calentito… pero nuestros niños, como ya sabes, no son ingenuos y Gretel advierte la trampa. Los dos hermanos preparan una hábil estrategia y la terrible bruja acaba atrapada en su propio horno y quemada. ¿Cómo termina la historia? De modo maravilloso: los niños regresan a casa llevándose con ellos los tesoros de la bruja y la casualidad no puede ser más perfecta, porque al volver al hogar descubren que su malévola madrastra también a muerto. Todo perfecto. Estos son pues los ejes principales del cuento, que siempre pueden sufrir alguna variación, pero veamos ahora qué nos dice la verdadera historia.

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Hansel y Gretel, una triste historia de la Edad Media

Como ya te hemos comentado, el cuento de Hansel y Gretel tiene su origen en la Edad Media, una época de penurias, tradiciones y desgracias que cultivó un interesante sustrato para cuentos como éste. La estudiosa del folklore medieval Maria Tatar, nos indica que lo que en verdad muestra dicha historia es el claro reflejo de un momento histórico. Veámoslo en detalle.

1. En primer lugar, el cuento de Hansel y Gretel muestra los elementos de iniciación de casi todos los pueblos indo-europeos, que indican el pasaje a la madurez mediante una incursión a lo salvaje o lo desconocido, como puede ser un bosque. De hecho, ya lo vimos en nuestro análisis del cuento de la Caperucita Roja. En este caso la historia original nos cuenta cómo un padre y una madre, dada la falta de alimento con el que sustentar la familia, deciden que es mejor que los niños se vayan al bosque para vivir por sí solos.

2. El hambre lo domina todo en este contexto. Es esa sombra horrible que hace que el hombre pueda cometer sus mayores atrocidades. Los padres de Hansel y Gretel no los abandonan a su suerte, sino que se ven obligados a separarse de ellos porque -según varios análisis de la historia original- podrían llegar a comérselos o a ser atacados por otros vecinos. Así que lo mejor es iniciarlos tempranamente en la madurez, dejando que se adentren en el bosque. Una vez allí, ya no son niños, sino adultos que deben aprender a valerse por sí mismos. Los padres, se liberan así de su responsabilidad.

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3. La bruja del bosque que desea comérselos es, en verdad, esa sombra real que podía planear en esta época. El hambre es voraz y el pecado del canibalismo una posibilidad tangible. De hecho, esos pájaros que se comen las migas de pan impidiéndoles volver a casa, son un primer símbolo del peligro y de la crudeza de dicho escenario en el que, efectivamente, prima el hambre.

4. Un dato curioso es que en el cuento de los hermanos Grimm son muchos los niños los que ven en la figura de la madrastra, a la auténtica bruja. Ella, quien abandona a los hermanos, debía ser «madrastra» y no su madre para dulzificar un poco la historia, porque es inconcebible que una madre pueda abandonar a su hijos. Aunque, en realidad, esa es la esencia del auténtico cuento de Hansel y Gretel, unos padres que incitan a sus hijos a que se adentren en el bosque para evitar tener la tentación de «comérselos». Terrible, sin duda.

5. Así que no, en la historia real no hay bruja ni final feliz. De hecho, tampoco conocemos el auténtico final. Los expertos solo nos dicen que fue el ejemplo de una época de penuria: Niños llevados al bosque dado el escenario de hambruna extrema, donde se les obligaba a tener que sobrevivir, en ocasiones, saqueando aquello que encontraban: campos, casas… (Hansel y Gretel «saquean» también una casa, pero hecha de dulces).

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Como ves, la esencia de este cuento tiene mucho de tristeza y desesperación. Un retrato que los hermanos Grimm quisieron dulcificar levemente. Así pues, aquí termina otra versión más de nuestra parte oscura de los cuentos clásicos, y si lo deseas, te invitamos a conocer por ejemplo la verdadera historia de la Cenicienta.