Alguna vez has visto animales comiendo sus propias heces y pensado ¿por qué hace eso? Si perteneces al grupo de personas que se han hecho esta pregunta, ¡sigue leyendo!
Estos animales comen sus propias heces. ¡Y tienen razones!
Para ilustrarnos en el asunto, hay un nombre para el consumo de estiércol, coprofagia, término que se usa para un animal que ingiere excremento, puede englobar el comer sus propias heces, o la de otros animales. Escarabajos, conejos, chimpancés y perros domésticos están entre los animales que son miembros del club de comensales de estiércol. La mayoría de ellos comen heces porque contiene algunos alimentos no digeridos, así como nutrientes vitales, que de lo contrario se desperdiciarían.
Uno de los miembros más activos de este club son los conejos, estos pequeños animales son conocidos por darse la vuelta para comer sus propias heces. Pero ¿por qué lo hacen?
Primero hay que aclarar, es cierto que los conejos comen sus propias heces, pero nunca las que expulsan durante el día, solamente aquellas de la noche. Esto se debe a que durante la digestión, los conejos absorben los nutrientes en el estómago y el intestino delgado, es decir, al principio del proceso de digestión, por lo que al final del procesamiento, son muchos los nutrientes que dejan de obtener de los alimentos.
Sin embargo, los conejos han encontrado una forma de evitar este obstáculo, mediante la producción de cecotropos, que son productos del ciego (parte del intestino grueso del conejo que ayuda en la digestión) y además, son muy ricos en nutrientes, y que, seguro como ya has adivinado, el conejo obtiene al comerlo de sus propias heces
Los conejos excretan cecotropos por la noche, éstos son oscuros, suaves y alquitranados, en contraste con los excrementos fecales «normales», que son marrones, en forma de bolas y duros. La mayoría de los conejos los comen directamente desde el ano. Si un conejo deje de comer alimentos normales, o si se niega a comer sus heces de la noche, es una señal de que necesita una visita al veterinario.
Los bebés de animales también comen heces, pero de sus madres
Muchos animales, en el comienzo de sus vidas, por ejemplo bebés de elefantes y de hipopótamos, comen heces de sus madres o de sus compañeros cuando están pasando de beber la leche materna a comer alimentos sólidos. Devorar esta materia fecal ayuda a los bebés a establecer comunidades bacterianas saludables en sus tripas, lo que, a su vez, ayuda a la digestión normal.
Herbívoros hambrientos
Entre otros herbívoros, comer caca puede ayudar a obtener nutrientes y minerales muy necesarios para su vida. De hecho, algunos animales dependen del comportamiento coprófago para obtener ciertos nutrientes que son producidos por los microbios presentes en el tracto digestivo.
No está claro por qué los perros, que son carnívoros, a veces comen excrementos. Pero los científicos dijeron que podría ser por razones nutricionales, desde el aburrimiento o incluso para copiar el comportamiento de su madre, ya que los perros madre comen a menudo los excrementos de sus cachorros.
También te podría interesar: