Seguramente hayas visto la magnífica película «La lista de Schindler», en ella Spilberg nos relata como el industrial Oscar Schindler consiguió engañar a los nazis y salvar la vida de los judíos que trabajaban en su fábrica. Fue declarado Justo entre las Naciones por el Estado de Israel, pero no es el único que se arriesgó para salvar al prójimo. En Supercurioso hemos visto los casos del médico polaco que inventó una falsa epidemia de tifus que salvó a 8.000 judíos en Polonia y el de la familia Zabinski que dirigía el zoo de Varsovia. En esta ocasión queremos acercarnos a la figura de Arístides de Sousa Mendes, el portugués que salvó a más judíos que Schindler.
Arístides de Sousa Mendes y su historia
La figura de Arístides de Sousa Mendes es en ocasiones controvertida debido a que por motivos económicos cobró dinero extra por conceder visados a los que huían de Francia camino de Portugal. Sin embargo, el 17 de junio de 1940, olvidó sus intereses monetarios y durante tres días, convencido por el Rabino de Amberes Jacob Kruger, concedió visados a todos aquellos que se lo solicitaron y, frente a los avisos de Lisboa de que dejara de emitir visas, dijo: «Si hay que desobedecer, prefiero que sea a una orden de los hombres que a una orden de Dios»
Arístides de Sousa Mendes nació en Portugal en 1885 en el seno de una aristocrática familia, estudió derecho y se dedicó a la carrera diplomática, siendo cónsul de Portugal en diversos lugares del mundo, entre ellos Zanzibar, Brasil, EE.UU. y en Amberes entre 1929 y 1938. Por sus ideas políticas y sus problemas económicos su carrera se vio inmersa en claroscuros y tanto recibió reprimendas de su gobierno como elogios en algunas ocasiones. En el aspecto personal, tuvo 14 hijos con su esposa Angelina y una hija con su amante francesa, lo que causó gran revuelo social, con la que se casó cuando falleció su mujer.
En 1938 es trasladado de Amberes a Burdeos y se encuentra ejerciendo este cargo cuando estalla la Segunda Guerra Mundial. En un primer momento, durante la llamada «Guerra de Broma» concedió visados a cambio de sumas de dinero ya que, debido a una circular 14 del Ministerio de Exteriores Portugués, no podían concederse a apátridas, rusos y judíos expulsados de sus países, sin una autorización expresa. Sin embargo, a partir de la invasión de los Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo y Francia, la situación cambió. Se inició un éxodo a través de Francia y los consulados portugueses no concedieron más visados. Únicamente se podían conseguir en Burdeos y hacia allí se dirigieron miles de personas, judíos y no judíos, buscando la salvación en Portugal.
Tras una crisis personal, el 17 de junio de 1940 Arístides afirmó que estaba inspirado por una potencia divina y decidió otorgar el visado a todo aquel que se lo pidiera declarando: «Desde este momento, voy a dar visas a todos, no importa la nacionalidad, la raza o la religión». Ayudado por sus hijos, sobrinos y por el rabino Jacob (Jaim) Kruger de Amsterdam, que le hizo comprender la necesidad de ayudar a todas aquellas personas, durante tres días emitieron visados sin descanso, utilizando todos los documentos que tenían en el consulado.
Finalmente, Arístides de Sousa Mendes huyó a Portugal a través de la frontera española, y según algunos testimonios al llegar a Bayona y ver la gente que se acumulaba ante el consulado ordenó abrirlo y otorgar más visados. Murió en la pobreza en Lisboa en 1954. Fue rehabilitado como figura histórica nacional en 1988. Sus actos han levantado polémica debido a los contradictorios testimonios de lo ocurrido durante aquellos días. Sin embargo, es un hecho innegable que gracias a sus visados, otorgados desobedeciendo las órdenes de su gobierno, pudieron refugiarse en Portugal más de 10.000 judíos huidos de toda Europa.
¿Conocías la figura de Arístides de Sousa Mendes? ¿Conoces otras personas que se arriesgaran para salvar la vida de sus semejantes en zonas de conflicto? ¡Compártelo con nosotros! Si quieres conocer a otros héroes te invitamos a leer el post: El héroe mexicano que salvó miles de vidas durante el Holocausto.