Si eres de los que piensas que no hay nada más escalofriante que el chasquido de la lengua de Anthony Hopkins en su papel de Hannibal Lecter en “El Silencio de los Inocentes”, es posible que esta revelación te dé un poco de miedo: el personaje está inspirado en una persona de la vida real, ¿súper curioso? ¡Aquí te contamos!

El asesino real que inspiró «El Silencio de los Inocentes»

Hannibal Lecter es uno de los personajes más escalofriantes y fascinantes que se haya visto en la gran pantalla. Durante décadas, las hazañas del Dr. Hannibal Lecter han entusiasmado a los espectadores, sucedió con “El Silencio de los Inocentes” y, más recientemente, en una aclamada serie televisiva.

El asesino real que inspiró "El Silencio de los Inocentes"

Ahora el autor de ‘El Dragón Rojo’, y creador del personaje, Robert Harris, ha revelado que la inspiración para su creación más escalofriante: Hannibal Lecter,  fue de hecho un médico de la vida real, al que conoció en una prisión mexicana mientras trabajaba como periodista. 

En su momento, cuando se hablaba sobre este personaje de la vida real se había utilizado el alias Dr. Salazar para referirse a él. Sin embargo, la verdadera identidad del ‘Dr. Salazar’ se ha revelado ahora como Alfredo Balli Trevino, que murió en 2009, a los 81 años de edad.

Harris se reunió con Trevino en la prisión estatal de Nuevo León, en Monterrey, México, en calidad de periodista, cuando sólo tenía 23 años. El autor estuvo en la cárcel para entrevistar a Dykes Askew Simmons, un ex enfermo mental que estaba bajo sentencia de muerte por haber matado a tres personas, y tuvo que entrevistar al ‘Hannibal Lecter’ de la vida real, después de enterarse de que, al parecer, había salvado la vida de Simmons cuando le dispararon durante un intento de escapar de la prisión un año antes. Poco sabía entonces de que este sería la inspiración para su más célebre personaje.

El asesino real que inspiró El Silencio de los Inocentes

Harris describió la inspiración para Lecter como «un hombre pequeño y esbelto de pelo rojo oscuro. Era muy quieto y había cierta elegancia en él”. Asimismo, contó que su entrevista de 1963 con Balli Trevino tomó un giro oscuro cuando el doctor comenzó a preguntarle sobre la apariencia desfigurada de Simmons, la naturaleza de su tormento y las víctimas del asesino (¿no les recuerda a esa escena donde Lecter se ensaña con la psiquis de Clarice?)

No fue hasta que Harris dejó el lugar que se enteró de la verdadera historia de Balli Trevino,  que le contó un guardia de la prisión. El médico era un asesino y  «Nunca abandonará este lugar. Está completamente loco”. Supo, además, que cumplía 20 años de cárcel por el asesinato de su amante Jesús Castillo Rangel. Al parecer, había cortado la garganta de Rangel con un bisturí en un «crimen pasional» donde cortó su cuerpo en pedazos y los enterró para ocultar su crimen.

El resto es historia. Aquel hombre fue inmortalizado y vuelto caníbal en la literatura de Harris, y luego se convirtió en parte de la historia cinematográfica cuando Hopkins retrató al personaje en “El silencio de los Inocentes”. Fue en esta película que él pronunció la línea inmortal: “Me comí su hígado acompañado de habas y un buen Chianti”, una frase que aún persigue a algunos en sus peores (y más cinematográficas) pesadillas.

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Imágenes: The Silence of the Lambs (1991); Hannibal Series (2013)