Aunque quizás tengamos la gran fortuna de vivir en un país libre y pacífico, a través de los noticiarios, la prensa y ahora también las redes sociales y la web en en general vemos cada día cómo se van desarrollando las contiendas que se están librando en la actualidad, tanto las “declaradas oficialmente” como aquellas que puntualmente nos amenazan, como los actos terroristas que cada vez más están afectando a la psique colectiva, pues al igual que evoluciona la ciencia también lo hacen los armamentos militares que se hacen cada vez más sofisticados como los ataques con gas en Siria.
Los ataques con gas en Siria
Uno de estos nuevos armamentos es el Gas Sarín, un arma de destrucción masiva que afecta principalmente al sistema nervioso, contrayendo todos los músculos sin permitir la distensión, llegando a provocar la muerte por asfixia, debido a la incapacidad de los músculos implicados en la respiración de funcionar normalmente. Pero antes de llegar a éste último estadio la persona afectada comienza a sentir escozor en los ojos, lagrimeo, visión borrosa, moqueo, tos, babeo sudoración excesiva, hiperventilación, dolor en el pecho, nauseas, diarrea, vómitos, parálisis, desmayo, convulsiones y finalmente insuficiencia respiratoria y muerte. Este fue el despiadado martirio al que fue sometido la población siria durante el ataque del pasado 4 de abril en la ciudad de Khan Sheikhoun, donde perdieron la vida al menos 20 mujeres y 30 niños.
Sobre la autoría de este despiadado ataque existe mucha controversia, aunque internacionalmente se ha culpado al mismo Assad al-Bashard, el actual lider de Siria, aunque también hay quien culpa a los rebeldes opositores que tenían un arsenal de armamento químico así como los conspiranoicos opinan que pueda tratarse de una maniobra muy bien orquestada para justificar el reciente bombardeo de EE.UU. con 59 misiles de precisión Tomahawk a Siria que hizo volar la base aérea y el entramado de túneles que utilizaban como depósito de municiones. Sea como fuere 80 civiles inocentes sufrieron una muerte espantosa.
Ya sabemos los devastadores efectos que tiene este peligrosísimo agente nervioso pero, ¿quién y por qué ha inventado esta potentísima arma química? El invento se remonta nada más y nada menos que a la Alemania Nazi, a finales de la Segunda Guerra Mundial, para ser más precisos, en las instalaciones de una compañía química llamada IG Farben, con el objeto de crear insecticidas más fuertes y eficaces, tanto que no sólo acaba con los insectos sino también con las personas. No se tienen constancia de que el frente Nazi lo utilizase contra los Aliados, pero lo que sí es cierto es que principios de los 50 fue clasificado por la OTAN como un arma química convencional que muchos países lo produjeron y utilizaron con fines militares. No obstante, en vista de sus catastróficos efectos fue prohibido su producción y almacenamiento en la Convención sobre Armas Químicas de 1993.
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Imágenes: Jim Lopez, Youtube