La vida no siempre nos lleva por los caminos que queremos. El Batman argentino, por ejemplo, nunca pensó que dedicaría su vida a caminar por las calles de Nueva York vistiendo un disfraz y tomándose fotos. No obstante, por esos caminos lo llevó su destino. ¿Conoces la historia de este particular personaje? En Supercurioso te contamos cómo terminó convirtiéndose en un personaje icónico de La Gran Manzana. No es Christian Bale ni Ben Affleck, pero este podría ser uno de los mejores Batman de nuestra historia reciente. ¡Acompáñanos a conocer la curiosa historia de este superhéroe que cambió la televisión por una capa y una máscara!
El Batman argentino: un héroe común, pero nada corriente
El nombre del Batman argentino es completamente desconocido. Su identidad la oculta con una máscara y, a quien le pregunta, responde siempre que prefiere mantenerse anónimo. Lo puedes encontrar en las calles de Nueva York, pues hace años que abandonó la Ciudad Gótica en la que nació, Buenos Aires. No se fue persiguiendo sus sueños, sino huyendo de sus pesadillas, y el camino que encontró no tenía nada que ver con el que esperaba. Sin embargo, supo bien adaptarse a él y decidió ganarse la vida usando un disfraz de su superhéroe favorito y regalando sonrisas y buenos momentos a las personas con las que se topa en el camino. Su vida la dejó atrás, pero ahora se ha convertido en uno de los personajes más icónicos de Nueva York. Vamos a conocer su historia.
1. La lucha por surgir
Antes de convertirse en el Batman argentino, fue un conocido periodista y entrevistador que trabajó para canales de Colombia, Perú, Ecuador, Chile y Uruguay, llegando a a entrevistar a n celebridades y figuras públicas de la talla de Juan Román Riquelme, Martín Palermo y Daniel Passarella. Sin embargo, su trabajo como periodista era un poco inestable, ya que no encontraba cabida en los grandes medios. Durante años luchó por posicionarse como una figura pública sin rendirse y dejando lo mejor de sí en la sonrisa que le regalaba a la cámara y a su audiencia. No obstante, pronto entendió que en el periodismo no encontraría la estabilidad que estaba buscando.
Para paliar la falta de ingresos que le dejaba su trabajo, decidió, tal y como lo hizo el primer emprendedor de la historia, hacer algo distinto con su vida. Tomó lo poco que tenía ahorrado y con ello creó un negocio de diferentes equipos electrónicos, en el cual puso su empeño y trabajo durante varios años. Tenía una niña pequeña y una novia, así como muchas razones para seguir luchando. Hizo todo lo que pudo, no obstante, la economía del país no fue de ayuda. A medida que pasaba el tiempo, el negocio parecía ir en declive y sus opciones cada vez eran más limitadas: sus ingresos, pocos; sus necesidades, muchas. Llegó 2015, año de su desgracia, el negocio quebró, su trabajo como periodista era cada vez menos prometedor y sus ingresos insuficientes. Tenía que tomar una decisión.
2. Persiguiendo el sueño americano
Así, se vio abocado al fracaso. Su carrera como periodista no parecía avanzar y su negocio, al cual había invertido años de esfuerzo, se había ido a pique. ¿Qué hacer?, se preguntó. No sabía inglés, pero tenía a un amigo en Nueva York que estaba dispuesto a recibirlo junto con su familia. La idea lo tentaba, pero también le causaba miedo. Después de todo, nunca había salido de su país natal y llegar a un país nuevo a probar suerte podía resultar aterradora. Pero, ¿qué tan mal podía irle realmente? Como pudieron, metieron sus vidas en unas pocas maletas y saltaron desde la ciudad de la furia hasta su nueva Ciudad Gótica, Nueva York, donde comenzarían desde cero.
Primero probó suerte como periodista, pero en cada puerta que tocaba le daban la misma respuesta: «Aprende inglés y luego vuelves». Como los ahorros no eran tantos y el tiempo corría, buscó un empleo como camarero en el que duró poco, y de ahí empezó a saltar de un trabajo a otro. Lo que no sabía es que esa era solo un bache en su camino del héroe, pues pronto sería conocido como el Batman argentino.
3. El Batman argentino
Un día, caminando por Times Square, se topó con un Spiderman latino. Preguntó por el trabajo y el otro le respondió muy seriamente. Estuvo días pensándolo, hasta que se decidió. Compró un traje de Batman y salió a pasear por la plaza. No tenía una tarifa fija, pero algunos turistas le dejaban hasta 100$ por una foto con él. Pronto se dio cuenta de que había encontrado su profesión soñada: ser un superhéroe. Por supuesto, no luchaba contra villanos, pero hacía algo que le caía en gracia: regalaba sonrisas y momentos especiales a muchas personas. Además, mientras lo hacía se ganaba el pan de cada día y, lo mejor de todo, se sentía feliz.
Pronto se convirtió en una de las grandes curiosidades de Nueva York. Ganó popularidad tras salir en diferentes protestas de varias causas sociales, y ahora muchos de los turistas que visitan la ciudad se toman su tiempo para buscar una foto con tan peculiar personaje. ¿Alcanzó su sueño? Pues, la verdad, no esperaba que su vida se convirtiera en lo que es ahora, pero cierto es también que se siente feliz. “A mí no me importa si junto un dólar más o un dólar menos. Si mi hija está feliz, yo estoy feliz”, señala el Batman Argentino. Cada foto es una nueva sonrisa y cada encuentro con alguien que lo busca por su popularidad es una gran experiencia.
¿Qué te ha parecido nuestro artículo sobre el Batman argentino? ¿Conocías la historia de este particular personaje? Y, si vas a Nueva York, ¿te gustaría tomarte una foto con él? Déjanos tu opinión en los comentarios, ¡estaremos deseando leerte!