Los libros siempre han sido objetos delicados y de gran valor. Para que sobrevivan a los siglos manteniéndose en buenas condiciones, es necesario tomar medidas especiales. Y es que el calor, la humedad e incluso el exceso de luz, pueden afectarlos y dañarlos. A pesar de tener que luchar contra el deterioro del propio papel o incluso de la tinta, que tiende a borrarse con el paso del tiempo, existe un enemigo aun peor para un libro y es, con casi total seguridad, las plagas de cualquier especie. En una biblioteca puedes encontrar plagas de ratones, que mordisquean los libros o incluso de insectos como las mariposas nocturnas o polillas. Pero, ¿Qué pensarías si te dijéramos que una biblioteca con murciélagos está exenta de todos éstos? Hoy en Supercurioso te invitamos a dar un paseo por la alucinante biblioteca Joanina. ¿Nos acompañas? Pues, ¡Empecemos!
Conoce la impresionante biblioteca Joanina
Los ratones, las cucharachas o las polillas pueden ser los peores males de una biblioteca, y en especial cuando en ella se atesoran libros de gran valor. Acabar con estas indeseables plagas que afectan a la conservación de los libros a menudo no resulta del todo fácil. Pero a veces, combatir el fuego con fuego resulta la opción más efectiva. Es justamente lo que pasa en la exótica biblioteca Joanina, en Portugal. Este recinto no solo es el hogar de valiosas ediciones de libros. También es el sitio en el que habitan múltiples colonias de murciélagos, que se encargan de comer insectos.
Es completamente comprensible que a estas alturas de la lectura, si piensas en esta biblioteca con murciélagos, te estés imaginando la mansión de la familia Addams, tétrica y bastante desagradable, pero el estilo de la biblioteca Joanina es muy diferente. Barroco, muy recargado y con una ornamentación rococó aún más elaborada, es típica del gusto de la época en la que fue construida.
La historia de la biblioteca Joanina
Esta biblioteca con murciélagos no sólo llama la atención por sus originales habitantes, sino también por la rica historia que la acompaña. La biblioteca Joanina es una de las salas de libros de la Universidad de Coímbra. Está situada en el patio de la Facultad de Derecho y forma parte de la Biblioteca General de la Universidad de Coímbra. En tiempos antiguos también se le llamaba Biblioteca de Cámara. Con un estilo arquitectónico deslumbrante, es reconocida como una de las bibliotecas barrocas más hermosas de Europa.
Empezó a construirse en el año 1717, en los terrenos que antes pertenecieron a la antigua cárcel del Palacio Real. En 1728 se dio por terminada la obra. En la actualidad, la biblioteca Joanina reúne cerca de 70 mil ejemplares de libros. Además de funcionar como sala de lectura e investigación, también es la sede de diferentes eventos culturales.
¿Por qué una biblioteca con murciélagos?
A simple vista, una biblioteca con murciélagos no parece ser en absoluto un concepto atractivo. De hecho, muchos preferirían ahorrarse el paseo. Pero se hace evidente que estos pequeños animales tan estigmatizados, juegan un papel vital en la conservación de los libros. Gracias a estos habitantes peludos, las bibliotecas están protegidas de cualquier plaga de insectos y de ratones.
Los majestuosos y elevados techos de la biblioteca Joanina, con sus elaborados adornos, propios del barroco, ofrecen un lugar perfecto para que los murciélagos aniden durante el día. Por la noche, salen a cazar y a satisfacer su prodigiosa dieta de 500 insectos al día, así que, gracias a estas comilonas, la biblioteca queda libre de animales indeseados.
Es evidente que este sistema no es del todo perfecto, ya que tener semejantes huéspedes ocasiona algún que otro contratiempo. Los directivos de la biblioteca Joanina deben tomar medidas especiales para limpiar los excrementos de murciélago todas las mañanas, este es el precio a pagar par acabar con las plagas. Sin duda que es una de las bibliotecas más originales del mundo.
Habitantes muy antiguos
La Biblioteca Joanina se ha hecho famosa por ser la popular y rara biblioteca con murciélagos de Portugal. Pero a pesar de que suene extravagante, esta costumbre no es ni mucho menos reciente. De hecho, en el lugar no cambiarían los murciélagos por nada del mundo, ya que para ellos ni siquiera el guano, que es el sustrato que resulta de la acumulación de excremento de estos animales, es un problema. Básicamente forman ya parte de la biblioteca. Quien fungió como director del recinto, Carlos Fiolhais, declaró en una oportunidad a la revista Signs of the Times:
«Los murciélagos han estado viviendo en la biblioteca desde siempre. Las mesas de la biblioteca están protegidas con pieles de animales todas las noches, porque también son antigüedades y los murciélagos vuelan libremente, comiendo los insectos».
Esa es una buena pista del tiempo que llevan allí los murciélagos, ya que se ha podido encontrar un registro que muestra que ya hace 200 años que existían estos pedidos de pieles con el mismo corte exacto que se utiliza a día de hoy. Eso quiere decir que hace 200 años, cuando se hacían estos pedidos de cuero para tapar las mesas de la biblioteca, ya existían estas colonias de murciélagos y suponemos que ya entonces cumplían la misma función en las instalaciones de la biblioteca Joanina.
Esta claro que existen en la naturaleza algunos animales que resultan a veces algo desagradables o que incluso incomodan con su presencia. Pero algunas de estas criaturas tienen un papel muy importante, como es el caso de los animales que te presentábamos en el artículo «Venenos de animales que curan. ¡Te contamos!», cuyo veneno podía llegar a salvarte la vida y cuya lectura te recomendamos.
Volviendo al artículo con el que estamos, ¿qué piensas de esta biblioteca con murciélagos? ¿Irías a pasar la tarde estudiando en la biblioteca Jeanina? Anímate a dejarnos tus opiniones en un comentario. ¡Estaremos encantados de leerte! Y si te llama la atención este exótico país, no te pierdas el artículo en el que te presentamos las más interesantes curiosidades de Portugal, así como los mejores destinos que ver en Portugal, en caso de que quieres recorrerlo en primera persona. ¡Hasta la próxima!