Muchos conoceréis la historia de Hachiko, un perro de raza Akita que esperaba todos los días en la estación a que su dueño fallecido regresara de trabajar. Esta historia se hizo muy famosa gracias a la película protagonizada por Richard Gere. Pero… ¿Sabías que esta historia se ha repetido en más ocasiones?

Bobby, el perro que esperó 14 años a su amo fallecido

En el siglo XIX, en la ciudad de Edimburgo, el vigilante nocturno John Gray tenía un gran amigo llamado Bobby, un perro de raza skye terrier.

Cuando John murió, Bobby permaneció cerca de su tumba durante 14 años. Era un perro tan fiel a su amo, que quienes visitaban el cementerio aseguraban que apenas se separaba de la tumba en todo el día. El único momento en el que se alejaba era para ir directo al restaurante que solía frecuentar con su amo. En este restaurante le daban todos los días de comer, pero en cuanto se acababa la comida volvía corriendo al cementerio.

Cuando Bobby murió, los habitantes de Edimburgo lo enterraron cerca de su amo y levantaron una escultura en su honor. Pronto se convirtió en uno de los perros más famosos de Escocia.

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Escultura en homenaje a Bobby

¿Historia real o fake histórico?

Existe una teoría alternativa del investigador Jan Bondeson que echa por tierra la historia tradicional.

Según Bondeson el perro Bobby era alimentado en el cementerio para obligarlo a que permaneciera allí todo el día. ¿Por qué querrían hacer esto? Porque la historia de un perro que espera eternamente a su dueño era una forma de atraer turistas y curiosos a la zona y obtener un beneficio de ello.

Además este investigador apunta que resulta difícil creer que Bobby viviera 16 años cuando la longevidad de esta raza no suele sobrepasar los 12. Según Bondeson, Bobby fue reemplazado por otro perro más joven cuando murió para poder seguir manteniendo la historia y el negocio.

¿Tu qué opinas? ¿Será realidad o será ficción? Si te ha gustado este artículo, no en compartirlo con tus amigos.