En Supercurioso hemos investigado en numerosas ocasiones distintos aspectos del Imerio Romano. Te hemos hablado del desquiciado Calígula y de algunos de sus tiranos más excéntricos. En esta ocasión queremos fijarnos en el cannabis en el Imperio Romano. ¿Sabías que era algo muy extendido en esta cultura?
La antigua Roma y el cannabis
La fibra de esta planta se usaba en la antigua Roma para muchas cosas. Era un material básico en la ropa, en la confección de velas para los navíos, de cuerdas…
También tenía un uso más lúdico. Según describió Galeno, quien era el médico del Emperador, era usual que en las reuniones sociales se repartieran flores de esta planta entre los asistentes para rebajar tensiones e incrementar la sensación placentera del encuentro.
Galeno, de hecho, no es el único que habla del consumo de una sustancia de este tipo. Ovidio, en su «Metamorfosis», habla de Glauco, un hombre que tras tomar unas «hierbas mágicas» se vuelve inmortal y sufre una transformación. Posiblemente se inspiró en el cannabis y en sus efectos.
En el siglo IV, el emperador Diocleciano fija unos precios con el modius castrensis. El modius castrense era una vasija con una capacidad de 17 litros y medio. El precio que se estipuló fue de 150 denarios. Este era bastante módico en aquella época, sobre todo si se comparaba con el del kilo de haschisch que ya era de 80 denarios. El cannabis era en un elemento cotidiano en los hogares de la antigua roma. Sorprendente, ¿verdad?
¿Por qué perdió fuerza la presencia del cannabis? La expansión del cristianismo afectó en este sentido, ya que se consideraba una hierba pagana.
¿Te ha sorprendido este dato? ¿Lo imaginabas?
Imagen: G.dallorto, Alecconnell