Uno de los acontecimientos más importantes de nuestra historia reciente fue el hundimiento del Titanic. Este barco que fue tragado por la marea marcó un hito en la historia de la navegación y generó gran interés, tanto así que han surgido múltiples relatos y teorías en torno al hundimiento de este gran barco, e incluso se le dedicó una importante película a esta historia. No obstante, son muchos los relatos que todavía no han aflorado, como el de Harold Bride, el telegrafista del Titanic, o como el de Charles Joughin, un panadero que salvó su vida de una manera muy particular. ¿Quieres conocer la historia de este peculiar panadero? Acompáñanos en Supercurioso para que te enteres de todo lo que debes saber sobre la historia de este personaje y cómo fue que se salvó del naufragio.
La historia de Charles Joughin, el panadero del Titanic
Charles Joughin fue un chef inglés que estuvo trabajando en el Titanic durante su colisión contra un iceberg y posterior hundimiento. El relato de este personaje, como el de muchos otros que iban abordo del gran barco, ha pasado a la historia como uno de los más particulares de su tiempo, y es que su historia envuelve una odisea que tuvo que soportar para poder sobrevivir. De hecho, hay quienes señalan que una persona en condiciones normales no hubiese podido aguantar lo que este hombre soportó para poder mantenerse con vida. Pero, ¿cuáles son las particularidades de la historia de este hombre? Ya vamos a conocerlas, pero primero vamos a aprender un poco sobre la vida de Joughin.
1. ¿Quién fue Charles Joughin?
Nacido el 3 de agosto de 1878 en Birkenhead, al noreste de Inglaterra, Charles Joughin se dedicó desde temprana edad a la cocina y, principalmente, a la repostería y panadería. Pronto se hizo un nombre como chef y comenzó a tener mejores trabajos hasta que, a sus 35 años, decidió abordar el Titanic, uno de los barcos más grandes y lujosos de la época, que partiría en abril de 1912 a alta mar, con la finalidad de alcanzar la ciudad de Nueva York. Hasta entonces, todo iba muy bien con la vida de Charles: tenía un buen trabajo, hacía lo que le gustaba e iba a participar en uno de los viajes más emocionantes de su vida. En el barco trabajaba como jefe de panaderos y contaba con un buen ingreso, por no mencionar todas las experiencias que podía vivir abordo del Titanic. Sin embargo, el viaje le deparaba un mal inesperado.
2. La tragedia
Como todos sabemos, el Titanic chocó la noche del 14 de abril contra un iceberg. Las teorías sobre el hundimiento del Titanic son muchas y atribuyen la causa del hundimiento a diferentes fenómenos. En todo caso, la teoría sobre cómo se hundió el Titanic más aceptada es que el iceberg contra el que chocó causó importantes daños en el barco, lo que ocasionó que el agua entrara en él y lo terminara hundiendo. En todo caso, en ese momento Charles se encontraba en el bote y, tras enterarse de su seguro hundimiento, no pudo pensar en nada: Charles Joughin se quedó paralizado en su camarote pensando en lo inevitable de la muerte. Hacía unos 25 años que trabajaba en botes y nunca había estado tan cerca de ella y tan lejos de sí mismo.
Allí, en su camarote, se quedó largo rato. ¿Su acompañante? Una botella del mejor whisky que pudo encontrar y que lo mantenía caliente. Charles se disputaba entre el temor y la valentía, entre la inevitable muerte y la necesidad de la vida. Paralizado, desasido, desahuciado. Nada podía arrancarlo de su tormento: eran solo la botella y él, su destino y él, él y la nada.
3. El héroe
Habría que estar allí para entender qué fue lo que pasó por la cabeza de Charles Joughin, pero un poco de especulación nos puede llevar a pensar que en algún momento dejó de lamentarse por la muerte y, de pronto, sus articulaciones empezaron a funcionar. Ya no estaba paralizado. De la botella de whisky, para entonces, no quedaría demasiado. Quizá se echó el último trago para darse fuerzas y la dejó a un lado. Salió de su camarote, decidido, y se fue hasta la cubierta superior, desde donde empezó a ayudar a todo aquel que se topaba en su camino a abordar un bote salvavidas. La labor de Charles fue titánica, y desde que se levantó decidió no descansar más hasta que no quedara nadie en el barco.
Cuando ya no hubo más botes que abordar, Charles empezó a tomar todo lo que consiguiera de madera para echarlo al agua, de manera que quienes no habían podido abordar un bote pudieran tener algo de lo que sostenerse. Así, infatigable, el chef del Titanic realizó una labor titánica que ayudó a salvar a muchos de los tripulantes. Una vez no vio nadie más a su alcance, y ya habiendo lanzado unas cuantas cosas de madera al océano, Charles entendió que era el momento de salvarse a sí mismo. Por supuesto, ya para entonces no había ningún bote que pudiera rescatarlo, solo le quedaba la opción de lanzarse al frío océano. Sin pensarlo demasiado, se lanzó.
4. La odisea de Charles
Para entonces, la odisea de Charles Joughin estaba lejos de terminar. De hecho, estaba comenzando. Cayó al mar y el agua estaba helada. Los botes salvavidas se alejaban y Charles se fue quedando cada vez más solo. Lo resguardaba la idea de que junto a él habían otros, aferrados a un trozo de madera, viendo como el gran barco se hundía, desesperados, aislados, perdidos. Su única esperanza era que pronto alguien viniera al rescate, pero, ¿qué tan pronto podrían llegar? No parecía haber ningún barco a la vista y el agua estaba helada. ¿Sobreviviría? Junto a él podía ver a otros temblando, al borde de la hipotermia, pero Charles se mantenía tranquilo. ¿Por qué?
El rasgo más particular de la historia de Charles Joughin es que logró sobrevivir incluso en un contexto en el que otros no lo hicieron. Cuando lo encontraron, sus piernas estaban casi congeladas, pese a lo cual Charles sobrevivió sin ningún problema y pronto todo su cuerpo estuvo completamente sano. De hecho, alcanzó a trabajar en otros botes y no murió sino hasta alcanzar los 78 años de edad, en una circunstancia nada relacionada con los incidentes marítimos. Quienes escucharon la historia de Charles mucho tiempo después se preguntaron una y otra vez por qué este pasajero había logrado sobrevivir, cuando otros tantos que se encontraban en sus mismas condiciones.
¿La respuesta? El whisky. Resulta que Charles había estado tan borracho que esto le había permitido, de alguna manera, acumular mayor calor en su cuerpo y, por lo tanto, sentir en menor medida los efectos de las aguas gélidas. Fue esto, precisamente, lo que hizo famoso a este chef del Titanic.
¿Qué te ha parecido nuestro artículo sobre Charles Joughin? ¿Conocías la historia de este chef que se salvó gracias al whisky? Y, ¿conoces algún otro relato sobre el hundimiento del Titanic? Déjanos tu opinión en los comentarios, ¡estaremos deseando leerte!