Hace años que se abrió el debate. Después de que la comunidad científica nos trajese a la oveja Dolly (1996), se dio el pistoletazo de salida a la rumorología y a los hervidores de opinión al respecto de una idea tan tentadora como temible a la vez ¿Debería permitirse clonar a los seres humanos? La ética y la ciencia se visten con sus armaduras y sus principios de siempre para defender sus terrenos, mientras la población asiste asombrada a una realidad que, de algún modo, podría cambiar nuestras vidas de modo radical.

 

¿Una realidad cercana?

El biólogo británico Sir John Gurton, quien clonó por primera vez una rana, y, posteriormente, condujo a la creación de la oveja Dolly en 1996, afirmó que la clonación humana sería una realidad en 50 o 60 años. Quienes defienden la clonación afirman que algo así podría tener grandes e importantes implicaciones, tales como clonar a un niño que unos padres han perdido de modo trágico en un accidente de tráfico… por ejemplo. La verdad es que recurren a ejemplos que alcanzan de inmediato la fibra sensible de cualquiera, pero en una situación así estarían implícitos muchos otros factores: ¿Tendría este niño la misma personalidad que el anterior? ¿Dónde queda la espontaneidad de la naturaleza y la individualidad? Los grupos conservadores reivindican que el ser humano no tiene por qué disponer de esa facultad, que es un ataque directo hacia la dignidad humana. Sea como sea, la comunidad científica sigue afirmando que a largo plazo irán mejorando las técnicas hasta perfeccionarlas, aunque hay un hecho que queda claro: Muchos animales clonados terminan deformándose, crecen con muchos defectos y enfermedades latentes, factores que están provocando a su vez que se busque más financiación, que grupos ajenos y con grandes intereses en esta realidad estén invirtiendo grandes cantidades de dinero en su desarrollo.

 

La teoría de la conspiración está abierta una vez más, de ahí que la rumorología diga que se están creando patentes de genes, una técnica mediante la cual se transfiere un gen para crear otro nuevo, partiendo de experimentos desde primates para afinar con éxito los estudios y saltar de inmediato al campo humano. Si alguien sigue con este empeño y pone grandes medios, seguramente se logre, dicen los expertos. Y no se tratará de una clonación terapéutica en la cual desarrollar órganos o miembros, sino que avanzarán hacia la clonación reproductiva para conseguir “cuerpos” viables que no fallezcan antes de los tres años víctimas de las malformaciones o de las enfermedades.

Clonación humana regenerativa

En la actualidad, un equipo médico ruso liderado por Shoukhrat Mitalipov, han conseguido producir células madre humanas a partir de la transferencia del núcleo. Esto permite por ejemplo generar cualquier célula del cuerpo, ayudando a desarrollar las llamadas terapias genéticas con las cuales, abrir la puerta a algo tan esperanzador como puede ser sustituir células dañadas por células sanas, con las que tratar por ejemplo el Párkinson, la esclerosis múltiple, lesiones de la médula espinal… esperanzas que sin lugar a dudas cambiarían nuestra realidad y la vida de muchos enfermos.

El debate de la clonación siempre estará abierto, la curiosidad y la persistencia humana no tiene límites, de ahí que no sepamos de momento hasta dónde puede llegar.

Y tú ¿Qué opinas sobre la clonación humana?