Existen alrededor de 300 millones de perros en el mundo y unos 230 millones de gatos que conviven como mascotas con los seres humanos. Sólo en Estados Unidos hay alrededor de 80 millones de hogares con una de estas dos mascotas, o las dos, por lo que no es de extrañar que la industria de alimentos para estos simpáticos y queridísimos acompañantes ronde los 25 mil millones de dólares al año.
La presencia de este tipo de alimentos en las casas y su eventual consumo por seres humanos, ha generado algunas historias que están próximas a la categoría de leyenda urbana y que nos hacen preguntarnos qué pasaría si se nos ocurriera comer comida para mascotas.
¿De comer comida para mascotas enfermaríamos?
La comida procesada para gatos y perros está pensada para cubrir requerimientos distintos a los humanos. La comida para perros tiene bajo contenido de carbohidratos –los humanos requerimos más–, un alto contenido de grasas y proteína enriquecida con dosis de vitamina A superiores a las precisadas por las personas. Comer alimento para perros de estas características puede generar malestar en una persona y ser particularmente nocivo para mujeres embarazadas.
El exceso de vitamina A no es fácil de eliminar y puede producir náuseas, ictericia, anorexia, vómitos, dolores de cabeza, debilidad muscular y hasta estados de alteración mental. Así que, si escuchas que alguien se volvió loco por comer comida para mascotas, probablemente sea cierto.
Otra causa de enfermedad podría estar en la calidad del alimento para perros. Las marcas más económicas no muelen por completo los huesos que se incorporan a la comida peletizada, por lo que podría haber fragmentos óseos que pueden ser procesados por tu mascota, pero que te perforarían los intestinos. Si vas a comer comida para mascotas, consume la de mejor calidad.
La comida para gatos tiene menos grasas y más proteína animal (de allí los gatos toman la taurina, un elemento fundamental para su desarrollo y buena salud), pero también tiene una cantidad de vitamina A que es excesiva para la gente. Sin embargo, se conocen casos de personas que han sobrevivido por un tiempo considerable comiendo alimento enlatado para gatos. Este tipo de alimentos está constituido en un 75% por agua, pues el concentrado produce mucha sed en los felinos, y eso puede contribuir a diluir los ingredientes que puedan ser nocivos para una persona. Es probable que, aun así, con el tiempo termine enfermando al consumidor.
En la mayoría de los países los alimentos para mascotas suelen ser más caros que los destinados a las personas, por lo que no representan una opción, sin embargo, las historias de seres humanos adictos o que se han visto obligados a consumir esta comida siguen prosperando en los medios. Algunos, en la niñez, sentimos curiosidad y en algún momento llegamos a comer comida para mascotas, sin mayores consecuencias, ¿te atreverías tú?
Lee lo que JAMÁS debería comer tu perro.