De acuerdo, puede que a muchos de nuestros lectores la palabra «para toda la vida» les haya asustado. Es posible que te encuentres en esa edad en que prefieres ir experimentando poco a poco, para dejar que el día menos pensado, aparezca ese amor verdadero con el cual iniciar un proyecto vital.
No obstante, hay quien sigue aguardando la llegada de esa persona especial. ¿Cómo saberlo? ¿Cómo saber, por ejemplo, que la pareja que tenemos ahora es la adecuada, la ideal, la que ha de permanecer junto a nosotros toda la vida?
La verdad es que algo así nadie lo sabe. Vivir supone asumir riesgos, atrevernos a sentir a iniciar y a probar. Puede que no salga bien, pero como tal, habremos obtenido un aprendizaje que habrá de servirnos en un futuro. Lo importante es dar vida a nuestros años, y que los años, no se deslicen en vacío… sin amor, sin aventuras. Sin emociones.
Hablemos hoy sobre cómo debería ser esa pareja «ideal» con la cual, poder pasar toda nuestra vida.
1. Alguien con quien reír, alguien con quien aprender
Puede que tengas a esos amigos con los cuales, reír y pasar un buen rato. El compartir buenos instantes donde divertirnos y bromear es también algo esencial a nivel de pareja. El tomarnos las cosas a veces con humor nos va ayudar a resolver muchos problemas cotidianos, y a la vez, relativizar las cosas y gozar de esa comunicación que no necesita palabras: la sonrisa.
Además del sentido del humor, todos necesitamos a una persona a nuestro lado que nos permita crecer como persona, con nuestros valores, nuestra independencia, que respete nuestros espacios y que a su vez, sea alguien con madurar como pareja. La clave está en seguir siendo uno mismo, pero formando un «gran equipo», el mejor.
2. Mismas aficiones, mismos valores y algunos aspectos con los que «discrepar»
Hay que tenerlo claro, la pareja ideal no es aquella con la cual, coincidamos en todo. Mismos gustos musicales, mismas aficiones literarias, cinematográficas… Todo ello está muy bien para hacer equipo, para disfrutar de buenos instantes, pero en ocasiones, el tener caracteres diferentes también ayuda.
Puede que el tímido encuentre alicientes en esa personalidad atrevida y descarada, y puede que a su vez, el extrovertido e impulsivo encuentre el centro de su equilibrio en esa pareja más centrada y prudente. El sentirnos complementados y disfrutando a su vez de algún punto opuesto pero con valores semejantes, hace que la relación sea más viva, más intensa.
3. Tolerancia y comunicación
Puede que alguna vez hayas tenido una pareja que te atraía, pero en la cual no confiabas. No te atrevías a decirle o pedirle ciertas cosas por miedo a ser juzgado/a. O más aún, es posible que en una ocasión percibieras que no aceptaba tus opiniones, tus ideas. Que lo que él o ella decía era esa verdad absoluta que estaba por encima de todo.
Hemos de ir con cuidado con este tipo de comportamientos marcados por la intolerancia y la falta de respeto. Si hay tres pilares básicos para conseguir una relación de pareja estable, son la comunicación, el respeto y la empatía. No basta con la atracción, en ocasiones tampoco basta con el amor. Porque un amor sin respeto, no es una amor sincero.
Ahora bien, el tener a nuestro lado a alguien que es cómplice de nuestros secretos, que nos ofrece un compromiso firme y estable, que nos hace reír, que nos escucha y que a su vez, favorece nuestro crecimiento personal… No lo dudes ¡Es un buen o buena candidata para echar canas a su lado!