Son muchos los personajes históricos que han fallecido en extrañas circunstancias y que hemos documentado en Supercurioso. Casos como los de Wolfgang Amadeus Mozart o Edgar Allan Poe. Esta vez nos fijamos en Marylin Monroe, a quien puedes conocer en mayor profundidad en esta recopilación de las Mejores Frases de Marilyn Monroe.

Pocas figuras resplandecen con esa misteriosa intensidad que entremezcla el brillo del glamour con el de la tragedia. Una combinación que ha encumbrado a leyendas inolvidables como James Dean y cómo no, Marilyn Monroe. Fue un 5 de agosto de hace ya 52 años cuando se encontró el cuerpo de Norma Jean en la cama de su habitación, boca abajo y sin vida. A su lado, en la mesilla de noche, se hallaba – casi estratégicamente situado – ese famoso frasco de barbitúricos. Lo que sucedió después abrió todo un teatro de titulares, rumores y teorías de la conspiración que, aún hoy en día, no han encontrado respuesta a cómo murió realmente Marilyn Monroe.

La verdad se esconde entre las bambalinas de aquel escenario de 1962 donde los Kennedy, el FBI y el último de sus peligrosos amantes relacionados con la mafia, Frederick Vanderbilt Field, marcaron el turbulento final de una mujer que únicamente deseó ser amada y respetada, pero que cometió el error de elegir a las personas equivocadas.

El día de la muerte de Marilyn Monroe

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Fue la noche del 19 de mayo de 1962, cuando Marilyn Monroe dejó para la historia uno de los instantes más sensuales de la esfera social. Fue un ejemplo de su encanto más crudo y físico, pero también de su declive personal. Fue en el Madison Square Garden, donde cantó su «Happy Birthday» al presidente John F. Kennedy. Allí también estaba Bobby Kennedy. Los dos hermanos todopoderosos con los que Marilyn había tenido relaciones.

Se dice que Jackie Kennedy decidió no ir al evento sabiendo que la actriz iba a actuar, pero más tarde le contaron cómo había ido… Marilyn estaba algo bebida, sufría los efectos secundarios de muchas pastillas e iba con un vestido tan ajustado, que habían tenido que cosérselo una vez puesto. Tampoco llevaba ropa interior.

Muchos intuían que el ritmo de vida de la actriz no era el adecuado y eran muchos también los que veían con malos ojos su última conquista: Frederick Vanderbilt Field. Un hombre que tenía relaciones con la mafia y que residía en México y al que, además, el FBI tenía vigilado por sus tendencias comunistas. Un aspecto realmente «amenazante» en pleno contexto del Macarthismo. Fuera como fuera, aquel affaire tampoco duró demasiado, porque dos meses después de su mítico «Happy Birthday» al presidente Kennedy, Marilyn apareció muerta en el número 12305 de Fifth Helena Drive en Los Ángeles. Y el relato de los hechos  – o lo que sabemos hasta ahora – es el siguiente:

  • A las 04. 25, la asistente de Marilyn, Eunice Murray llama a la policía y a una ambulancia.
  • La habitación estaba en orden, demasiado ordenada en el caso de una persona que era famosa precisamente por su caótico desorden.
  • Marilyn estaba en la cama y sin ropa, cubierta con una sábana y acostada boca abajo con la cabeza de lado. Pero por el rigor mortis los policías deducen que debía haber fallecido boca arriba.
  • Toda la ropa está en la lavadora, limpia, muy limpia… y las sábanas habían sido cambiadas. ¿Cómo pudo ser? Fue su propia asistenta la que les dijo que había limpiado momentos antes de llegar la policía. Para que no vieran el desorden. Inoportuno, sin duda.
  • Marilyn había muerto 8 horas antes de que se descubriera su cuerpo.
  • El cuerpo de la actriz estaba lleno de moretones.
  • Había un cristal roto de la ventana.

La autopsia fue llevada a cabo por Lion Grandinson: no encontraron barbitúricos en su estómago. Un análisis del recto reveló que Marilyn tenía un hematoma bastante llamativo. Le habían puesto un enema, o un supositorio. Un medicamente que, posteriormente, según varias teorías, podría haber contenido en realidad un veneno que fue absorbido rápidamente por la mucosa rectal y que, sin embargo, no dejó rastro en el sistema digestivo.

Seguramente todos estos datos te habrán sorprendido, pero lo más impactante, sin duda, es lo que se publicó al día siguiente en los periódicos. Todo el mundo pudo ver ese frasco de barbitúricos estratégicamente colocado en la mesilla de noche de la actriz. Los titulares con los que se despertó el país entero hablaba suicidio por intoxicación. Marilyn Monroe tenía 36 años y, simplemente, había decidido dar fin a su vida. Una gran tragedia…

Pero, ¿quién mató a Marilyn Monroe?

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Puede que llegado este punto te asombre un poco toda la información aportada. Para confirmar estos datos podemos consultar bastante bibliografía, pero en especial sería conveniente dar una buena leída al ultimo libro publicado por dos periodistas estadounidenses: Jay Margolis y Richard Buskin. Su libro se titula‘The murder of Marilyn Monroe: case closed’ (El asesinato de Marilyn Monroe: caso cerrado)

¿Y cómo lo han cerrado estos dos investigadores? ¿A qué conclusión han llegado? Basta sólo con dar un nombre: Bobby Kennedy. ¿Sospechabas de él? Seguramente. Y te diremos por qué. Una de las mayores incomodidades que presentaba Marilyn Monroe es que sabía y había visto demasiado y mantenía relaciones con un sospechoso de ser comunista. A todo esto, sumémosle otro aspecto importante: no sólo había estado demasiado cerca de la esfera de los Kennedy, sino que Marilyn tenía una simple pero sabia costumbre: llevaba un diario donde lo apuntaba todo. Era una mujer observadora y detallista que gustaba de llevar siempre un registro personal de lo que hacía. Esto le servía después de ayuda en sus sesiones de psicoterapia, pero de algún modo, aquella costumbre era realmente incómoda para los Kennedy.

¿Solución? Clara y evidente. Los Kennedy debían seguir ascendiendo en política y la actriz y su amante eran una incomodidad. ¿Cómo lo hicieron? Con un acuerdo, un pacto. Fue Ralph Greenson, psiquiatra y psicoanalista de Marilyn, la persona que puso en su cuerpo esa dosis terrible de pentobarbital y contó además con un ayudante, un actor e intimo amigo de Marilyn: Peter Lawford (marido a su vez de Patricia Kennedy).

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Años más tarde, el propio actor revelaría en algunos círculos su crimen, ante el remordimiento que pesaba en su alma. Lo que ocurrió después es de conocimiento público. Las ansias de poder de los Kennedy se quedaron en humo. En el humo que escapa por una ventana abierta después de una tragedia. Un humo que olía a pólvora de venganza, para muchos la de Sam Giancana, ese líder de la mafia al que estaba vinculado el amante de Marilyn…. pero eso, obviamente, no está probado. Son meras especulaciones.

Así que, para la pregunta «¿Cómo murió realmente Marilyn Monroe aún no tenemos una respuesta objetiva ni, seguramente, nunca la tendremos, pero el intento de verificar las sospechas nos darán tinta para más libros y más artículos.

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